La de Rafael y Xiomara Aponte es una historia digna de ser el argumento de una novela.
De una familia acomodada y de buen nombre, donde hasta hace cinco años todo marchaba bien, los Aponte pasaron de repente a ser condenados por la Justicia, acusados de estafar con RD$90 millones al español Mario Pérez Rivera.
Conocieron al gallego Pérez Rivera a través de un amigo común que se los presentó como un próspero empresario interesado en invertir en el país millones de dólares a través de una fundación que a su vez recibiría donaciones de “benefactores” europeos.
En 2003, el español, quien por demás es embajador honorífico del país, le compró al señor Aponte unos terrenos en Montecristi y le pidió que le sirviera de intermediario para comprar más tierras a allegados y vecinos, hasta que completó unas 20 mil tareas, con el supuesto objetivo de desarrollar un proyecto bananero.
Pérez Rivera pagó religiosamente cada una de las tareas que adquirió, con lo que se ganó la confianza de todos.
Pero meses después le pidió a Aponte que le firmara un recibo haciendo constar que le pagó RD$90 millones por las tierras, para entonces él mostrárselo a los donantes europeos y así conseguir los fondos para el proyecto, explicó Rafael.
Sorpresivamente, poco después Aponte fue sometido a la Justicia por Pérez Rivera, quien alegó que éste lo había estafado con los RD$90 millones. Fue condenado en primera instancia a cinco años de cárcel.
El caso será conocido mañana en la Corte de Apelación de San Cristóbal, donde Aponte espera se haga Justicia.
Suscribirse a:
Enviar comentarios
(
Atom
)
0 comentarios:
Publicar un comentario
GRACIAS POR VISITAR GAZCUE Y DEJAR TU COMENTARIO.