La primera bombera de América Latina, la cubana Enriqueta Reyes González, falleció a los 88 años en el poblado de Ranchuelo, en la región central de la isla, informaron hoy a Efe fuentes familiares.
Reyes González, conocida también como "la coronela", entró al cuerpo de bomberos de Ranchuelo en 1954, un año después de liderar una colecta pública para construir un cuartel, comprar un carro cisterna y confeccionar los uniformes del comando de bomberos del pueblo. Su entierro, reseñado por medios oficiales de la isla, reunió a autoridades nacionales del Cuerpo Cubano de Bomberos y a oficiales jubilados y en activo del comando local, quienes le rindieron homenaje y acompañaron su féretro en un cortejo que incluyó alguno carros cisterna.
Nacida en la provincia oriental de Camagüey el 10 de octubre de 1920, Reyes González pasó parte de su niñez y adolescencia en un convento, hasta que a los 17 años se mudó a Ranchuelo, ubicado a unos 290 kilómetros al este de La Habana. En la década del cincuenta "se hizo la dirigente principal del grupo de bomberos del pueblo. Primero fue la tesorera, pero empezó a dirigir también, y entonces fue nombrada coronela por las autoridades", contó a Efe su hija, María de los Angeles González.
"Yo tenía 12 y 13 años y recuerdo que íbamos toda la familia a verla cada vez que había un incendio y ella tenía que dirigir a los bomberos", apuntó González, de 65 años.
Enriqueta entregó el mando del cuartel de bomberos de Ranchuelo al gobierno revolucionario de Fidel Castro después de 1959 y "ahí recesó" su trabajo en la lucha contra incendios.
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