Un menor de 13 años es investigado desde anoche por el asesinato a machetazos de un niño de cuatro años cuyo cuerpo fue hallado por su abuela con la mano derecha cercenada y dos heridas en la cabeza.
Kelvin Enrique Nivar Santos, hijo de Berenice Santos Franjul, de 24 años, fue encontrado por su abuela Mercedes Isaac cerca de las 4:00 de la tarde de ayer en el patio de la vivienda, en el sector de La Guandulera, en las proximidades de la carretera que conduce a La Toma, provincia San Cristobal.
En torno al caso está preso un menor de 13 años, vecino de los padres del niño asesinado, que estudia el séptimo curso en el liceo Manuel María Valencia, trabaja en un taller de mecánica y quien fue visto cerca del lugar con la ropa ensangrentada, de acuerdo al informe de la Policía.
Se supo que el detenido ha sido expulsado de tres planteles escolares y que mantuvo una actitud sospechosa cuando el niño fue hallado muerto, por lo que los investigadores aseguran que tiene el perfil de haber participado en el hecho.
El niño asesinado vivía con su madre y su padrastro, José Francisco Nivar, a un kilómetro de distancia en la prolongación calle Segunda número 15 en el barrio 5 de Abril, donde centenares de personas se congregaron.
Al padre biológico del menor sólo se le conoce como Kelvin.
Los vecinos explicaron que el niño jugaba con unos amiguitos y que al notar su prolongada ausencia, la madre, la abuela y otras personas comenzaron a buscarlo y lo encontraron muerto en el patio en un “rejón” en un área dedicada a cría de gallos.
Cerca del cadáver fueron hallados una bicicleta rosada con la cual jugaba el menor, quien llevaba puestos un pantalón azul corto y una camiseta verde claro que estaban totalmente ensangrentados.
Se informó que el menor y una hermanita de nueve meses de nacida eran dejados los miércoles en la vivienda de su abuela Mercedes, debido a que su madre trabaja en Santo Domingo y su padrastro en un taller de mecánica.
Los vecinos manifestaron su consternación por el hecho y lo consideraron “abominable”, además de que definieron a Kelvin como un chiquillo dulce y obediente que ya asistía a clases en el colegio Tía Victoria, a poca distancia de su vivienda.
Al lugar se presentaron numerosos agentes de seguridad que hicieron un levantamiento en el lugar del crimen.
POR JOSE A. THOMAS Y RUDDY GERMAN PEREZ
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