Hace hoy hace 79 años se inició en Santiago la Revolución de Febrero, un movimiento cívico encabezado por Rafael Estrella Ureña para derrocar al gobierno de Horacio Vásquez, coyuntura que abrió la brecha a Rafael Leonidas Trujillo.
Estrella Ureña, cabeza visible del movimiento, acompañado de Desiderio Arias y Elías Brache, marcharon desde Santiago a la Capital para deponer el gobierno de Vásquez, quien, viejo y enfermo, no ofreció resistencia y se asilo en la Legación estadounidense.
Una vez que Vásquez y su vicepresidente, doctor José Dolores Alfonseca, renunciaron el 2 de marzo de 1930, Estrella Ureña fue proclamado presidente.
Vásquez había sido elegido como Presidente al recuperar el país su soberanía política tras ocho años de la intervención de Estados Unidos (1916-1924).
Para la mayoría de los historiadores, el gran error de Vásquez fue el haberse dejado llevar de un grupo de sus seguidores para que modificara la Constitución con el propósito de prolongar su mandato dos años más.
Al parecer su apetencia desató inconformidades entre los opositores y sus propios seguidores que no estaban de acuerdo con la decisión, en un momento que el país era abatido por la Gran Depresión de 1929 que produjo el colapso de la economía estadounidense y una caída de los ingresos aduanales del país.
Trujillo, jefe del Ejército, se mantuvo “neutral” en el conflicto, pero el desarrollo de los hechos posteriores demostró que él fue el cerebro y real conductor de ese levantamiento.
El Gobierno provisional que se instaló tras el derrocamiento de Vásquez, conducido por Estrella Ureña, organizó elecciones que se celebraron el 16 de mayo de 1930, resultando ganador el brigadier Trujillo, en unos comicios muy cuestionados y que se caracterizaron por la represión de los contendores.
Estrella Ureña, quien organizó las elecciones que en que Trujillo resultó ganador, fue designado vicepresidente, posición que ocupó hasta el 1932 cuando renunció, y algunos historiadores dicen que fue obligado a renunciar por desavenencias con la política que desarrollaba Trujillo.
Cuando se produjo la desocupación en el 1924, Trujillo, entonces capitán del Ejército, desarrollaba una meteórica carrera militar, logrando alcanzar grado de coronel comandante de la Policía el 22 de junio de 1925, designado por el presidente Vásquez.
Trujillo reorganizó ese cuerpo, lo hizo muy eficaz, pero al mismo tiempo como un instrumento a su servicio. En el 1927 mediante una Ley elevó la categoría a esta Policía, transformándola en Ejército Nacional, por lo que fue ascendido Trujillo a general de brigada, rango que conservó hasta que se produjo el golpe contra Vásquez en 1930.
Estrella Ureña, un abogado santiaguero, quien se había destacado por sus dotes de orador fogoso y con gran capacidad para convencer a quienes le escuchaban, formó el movimiento con jóvenes de los que se habían opuestos a la ocupación estadounidense, con una fuerte vocación nacionalista.
Había sido secretario de Estado cuando Vásquez, y decidió trabajar como activista contra la reelección. Aglutinó en un solo movimiento a toda la oposición a Vásquez.
Trujillo inauguró su gestión bajo circunstancias económicas difíciles, con las aduanas ocupadas, con el tesoro exhausto y los ingresos fiscales en caída, obligando a adoptar medidas de ajuste, lo que originó desempleo y una restricción en el circulante que afectó la marcha comercial.
El panorama era el siguiente: las cobranzas en el 1930 fueron de 10 millones de dólares, cinco menos que el año anterior; en 1931 descendieron a siete millones 350 dólares y a menos de siete millones en 1932.
El 24 de septiembre de 1940 sobre la fórmula planteada por el dictador, se suscribió el Tratado Trujillo-Hull, que constituyó el inicio del rescate de la soberanía económica dominicana.
El 14 de julio de 1947, Trujillo terminó el pago de la deuda externa, que incluía el capital y el interés, logrando así la total independencia financiera. Inmediatamente, creó el Banco Central, el peso dominicano, el Banco de Reservas y el Agrícola, en un proceso de reconstrucción de la economía del país que, junto a su mano dura, le dio solidez para alcanzar 31 años en el poder. Justamente, ese 23 de febrero de 1930 puede establecerse como el comienzo de la Era de Trujillo.
POR HECTOR MINAYA
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