Un hombre mató a dos de sus hermanas, una de ellas a puñaladas y a otra de 5 años decapitándola, e intentó atacar a una tercera en la familia descendiente de haitianos antes que la policía lo abatiera a balazos. No había una razón clara para el ataque del sábado, al día siguiente del cumpleaños de la pequeña en un suburbio de clase alta en Boston, donde también vive el gobernador Deval Patrick.
Pero no hay duda de que Kerby Revelus, de 23 años, fue el autor de esta carnicería contra sus tres hermanas en la vivienda que compartían con su padres y su abuela. Bianca, de 5 años, murió cuando el pastel de su fiesta, que las autoridades creen fue el día anterior, aún estaba en la mesa de la cocina.
Sarafina, de 9 años, llamó al número de emergencias 911 y vio como la policía le disparaba a su hermano mientras que su hermana Samantha, de 17 años, yacía muerta en el piso. Sarafina fue hospitalizada el domingo en el Centro Médico de Boston por heridas que sufrió en las manos, el abdomen y una pierna mientras trataba de defenderse del ataque.
“En la policía a diario vemos emociones humanas en toda su crudeza, pero pensar que un ser humano pudiera infligir un acto tan violento y atroz sobre su propia familia es increíble”, dijo Richard G. Wells, jefe de la policía de Milton, a The Associated Press. “Cuando encontré al primer agente (que llegó al lugar de la tragedia) se podía ver todo el drama reflejado en su rostro.
Sólo me dijo que esto era algo muy grave”, agregó Wells. El ataque del sábado ocurrió 24 horas después de que Revelus se peleara a golpes con un vecino, indicó Wells.
“Se golpearon”, dijo.
“No sé cuál es la causa de esa pelea, pero estamos seguros de que así ocurrió. El había estado agitado en las horas siguientes, durante el día y anoche”. Los investigadores creen que el hombre mató a Samantha con un cuchillo de cocina mientras su abuela lavaba ropa en el sótano.
En ese momento los padres habían salido. La madre, a quien algunas amistades identificaron como Regine Revelus, trabaja como enfermera en un hospital de Boston, indicó Wells. El vecino Norm Walsh dijo que la familia de Revelus había vivido en el suburbio por más de 20 años y eran personas amables.
Eran descendientes de haitianos, al igual que muchos residentes en el vecindario donde se puede escuchar hablar creole. “La familia es estable, los dos padres trabajaban y tenían buenos hijos.
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