El novato dominicano Pedro Viola, de Cincinnati, valora su ascenso a las Grandes Ligas como un premio al esfuerzo por mantener con vida a su madre Teresa Contreras, afectada por un cáncer en la cabeza, que incluso la llevó a perder un ojo.
Viola, quien está a punto de convertirse en el dominicano número 500 en las Grandes Ligas, manifiesta que su mayor preocupación es que su madre ha tenido que quedarse en casa de un amigo en Miami, debido a que el consulado en el país no ha querido visarle a ningún familiar para que la cuide.
“El cáncer se ha expandido bastante, incluso, hizo una metatasis y el pasado lunes fue operada de una pierna”, explicó Viola.
Sostuvo que esa situación le ha servido para inspirarse en su carrera, donde ha recibido toda la ayuda de los ejecutivos de Cincinnati, que durante los pasados entrenamientos primaverales pagaron casi un millón de dólares por la primera operación.
“Agradezco bastante todo lo que han hecho por mí y no los voy a desfraudar”, manifestó Viola, quien en el terreno ha tenido un gran año .
Viola, siendo el jugador de menor experiencia en el equipo dominicano que participó en la segunda versión del Clásico Mundial de Béisbol, se lució en una salida de relevo.
Luego en su primera participación en los entrenamientos primaverales de Grandes Ligas tuvo un gran desempeño al lanzar cinco entradas y dos tercios, dos hits, un boleto y siete ponches, con dos salvados.
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