El origen de las habichuelas con dulce en la República Dominicana se pierde en el tiempo, aunque algunos antropólogos sitúan su aparición a finales del siglo XVIII, con la creciente presencia francesa en este lado de la isla, luego de la revolución haitiana. Hay quien ve en este plato una similitud con los frijolillos azucarados que comían los franceses radicados en las Antillas. La razón para que las habichuelas con dulce se consuman fundamentalmente durante la Semana Santa se debe a que durante este período, según los preceptos religiosos no se deben comer alimentos con contenido cárnico, y por eso se prefiere el consumo de productos que sean nutritivos y a la vez energizante, propiedad que se potencia con la presencia del azúcar en el plato. Asimismo, en la República Dominicana, las habichuelas con dulce se han convertido en un elemento para compartir con familiares, vecinos y amigos en los días de la Cuaresma y la Semana Santa. En cuanto a las palomitas de maíz, es un grano que según versiones data de hace más de tres mil años. Este alimento se hizo muy popular durante la Gran Depresión en Estados Unidos. Su llegada al mundo del cine, llegó, porque muchos vendedores se ubicaban en las entradas de las salas de cine ofreciendo las palomitas. Así, si en un inicio los propietarios de los cines expulsaban a los vendedores de palomitas de las cercanías de las salas, luego, cuando comprobaron el crecimiento de la popularidad de este alimento, decidieron instalar las primeras máquinas para elaborar las palomitas dentro de los cines, para que las consumieran sus clientes, una oferta que se complementó con la venta de sodas para aliviar la sed que produce el consumo de las palomitas saladas.
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