Deja tu auto en casa y anda la ciudad a pie. Cual peatón, recorre Piantini, Naco, Miraflores, La Julia, Bella Vista, la Zona Colonial y Gazcue.
Gazcue guarda todavía algo de sus encantos y su poesía original.
Sería un ensueño, un inigualable paraíso urbano, a no ser por sus aceras rotas, contenes con aguas estancadas y llenos de basuras desparramadas.
Invito a José Israel Cuello. Nadie como él sabe describir el nacimiento, crecimiento y decadencia de una calle.
Invito también a Geraldino González, luchador incansable por el medio ambiente y la preservación del espacio urbano que nos hemos ganado. Igua, a Bonaparte Gautreaux Piñeyro, amante impenitente de la ciudad de Santo Domingo. Cronista de sus sueños y esperanzas.
Puedes apreciar, con pesar, que todo el casco central es albañal inmundo, con sus calles destartaladas, árboles innecesariamente podados y aguas descompuestas, compitiendo ventajosamente con la belleza del paisaje, el libre esparcimiento y la salubridad.
Te invito, aún así, a caminarla. para que aprecies el progreso en la arquitectura en sus edificios de apartamentos y oficinas. Torres de hermosas fachadas que se yerguen imponentes, en armonía con una ciudad que crece inevitablemente de manera vertical.
A pesar de estar descuidada, Gazcue conserva las casas más hermosas. Impronta de una historia gloriosa y las huellas de las líneas arquitectónicas prevalecientes desde inicio hasta mediado del siglo pasado. Nuestra Zona Colonial, a pesar de ser un patrimonio de la humanidad, luce también descuidada.
Escrito por: Eduardo Álvarez
(cenitcorp@gmail.com)
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