MANUAL PARA DETECTAR CANDIDATOS LAVANDEROS

El narcotráfico, el “lavado” y la corrupción orinan en nuestras cabezas pero nosotros seguimos creyendo que está lloviendo.

El tema de la participación de aspirantes a cargos electivos en el negocio del tráfico de drogas y el “lavado” debería movilizar al país y en especial a nuestra partidocracia que intenta pero no consiguen –qué pena ¿no?- ubicar la relación que hasta hace unos días, por lo menos unos 57 a 60 de sus posibles candidatos mantienen con ese mundo.

Por suerte, lo que no pudo averiguar esa partidocracia reinante lo han averiguado sin apuros ni necesidad de BlackBerry, los señores Vincho Castillo y Wilton Guerrero.

Ante el drama social, político y humano que todo esto representa, me permito sugerir algunas pistas, acciones, estrategias útiles para detectar candidatos con vocación de lavandería.

1. Investiguen a testaferros, maipiolos, enllaves, y en especial a los cuñados que generalmente son los peores. ¡Se meten en unos líos!

2. Sigan la pista a las novias, generalmente teñidas de rubio y de tetas operadas, pues los señores aseguran que una novia sin tetas, más que una novia es un amigo, un buen vecino. Fíjense en la marca de sus zapatos, anoche en El Bomba me demostró Jardiel que las mujeres “mientras mejor calzadas están, en peores pasos andan.”

3. Visiten casas importadoras y dealers de autos de extra lujo. Estos señores odian los Accord, Camry, Sentra.

4. Ubiquen su residencia y sus fincas y relaciónenlas con el monto de impuestos que los señores han pagado a la DGII. ¿Se corresponde?

5. Acechen el consumo de Blue Label, pues los muy príncipes ya no gustan del Cuba Libre, Vodka Tonic, o mi bien amado, Trivento, a que sus ingresos remiten.

6. Sigan su pista en bares y restaurantes caros. Los señores odian a mis preferidos Jet Set, ¡ay!, Club 60, El bomba o Adrian Tropical.

Finalmente, y dado que aquí conocemos bien a los empresarios ricos que se meten a políticos (Najri, Vargas, Diandino, Díaz Rua) sugiero desconfiar de lo contrario: de los políticos en olla que llegan a un gobierno viviendo fuera del polígono central y conduciendo autos de cuatro cilindros-, y al salir del poder (¡Oh, sorpresa!) se han convertido por arte de magia en prósperos empresarios. Muchas gracias.


Escrito por: Pablo Mckinney
(elbulevarconpablo@gmail.com)
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Editor Gazcue es Arte

Master en Educación Superior mención Docencia, Licenciado en Comunicación Social, Técnico Superior en Bibliotecología y Diplomado en Ciencias Políticas, Columnista del periodico El Nuevo Diario

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