“Esta área es privada, aquí nadie puede pasar sin permiso”. Es la advertencia que los visitantes reciben al acercarse a la cancha de fútbol que construyó dentro del Centro Olímpico Juan Pablo Duarte la empresa brasileña Norberto Odebrecht, encargada de los trabajos del corredor Duarte. La cancha, construida con todas las comodidades, incluyendo grama sintética, está ubicada detrás del destacamento militar de la Secretaría de Estado de Deportes (Sedefir), en la avenida Máximo Gómez, y sólo puede ser utilizada por los empleados, la mayoría brasileños, de la empresa Odebrecht, que tiene a su cargo la construcción de los elevados en la Capital.
Al cuidado de militares
Los militares del cuartel de la Sedefir se encargan de que se mantega la condición de “área privada”.
“Aquí solo pueden jugar los empleados de esa empresa brasileña y lo hacen casi a diario, de las tres de la tarde en adelante”, dijo el vigilante que tiene a su cargo la seguridad de las oficinas de la empresa, que abarca unos mil metros del Centro Olímpico, donde además tiene sus oficinas operativas y un auditorio que funciona de manera privada.
El periodista José Luis Mendoza dijo que en días pasados, mientras observaba un juego junto a un sobrino, y por pura coincidencia, se sorprendió cuando lo invitaron a salir del área, ya que no se permite la entrada de espectadores.
“No sabía que dentro del Centro Olímpico había áreas privadas, pero aquí todo es posible”, expresó Mendoza al referirse al tema.
El deportista Samuel Bretón consideró que la construcción de esa cancha es una burla a los atletas nacionales, ya que justo detrás de la misma hay unas cinco canchas inservibles.
Indignación
El periodista Eury Hernández dijo que la cancha de fútbol que levantaron los brasileños genera mucha indignación entre los deportistas, debido a que los constructores del Metro hicieron muchas promesas de que iban a mejorar las condiciones de las demás canchas y todavía no han hecho nada.
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