EL SALITRE, EL DETERIORO Y EL ABANDONO SON LA CARA DEL FUERTE SAN GIL

El fuerte de San Gil o fuerte del Matadero es otro de los monumentos coloniales que parecen estar abandonados, a pesar de la excelente ubicación geográfica y turística en que está situado.

Esta fortaleza colonial, enclavada en los acantilados de la costa del Mar Caribe, entre la avenida George Washington con Palo Hincado, y que fue construida con la intención de defender la isla de invasores y piratas, paradójicamente ahora no tiene quien la defienda.

Cerrada con planchas de zinc y plafones de madera, rodeada de basura y escombros, y uno de sus cañones tirado en el suelo, la entrada en estado deplorable y en su interior montañas de desechos de sillas, mesas y otros objetos, además del mal olor, es el escenario que presenta esta antigua plaza de armas.

En sus inicios fue una torreta circular, construida posiblemente en 1543, cuando el arzobispo y presidente de la Real Audiencia de Santo Domingo, don Alonso de Fuenmayor, comenzó a levantar los muros de la ciudad.

El bastión fue reconstruido en la década de los 90, después de una exhaustiva investigación arqueológica e histórica y una cuantiosa inversión de parte del Gobierno, con motivo del V centenario.

Patrimonio Cultural, una dependencia de la Secretaria de Cultura, fue la responsable de su remodelación y custodia, y la que a su vez la arrendó a una empresa privada para operar el “café bar restaurante San Gil ”, al que aún le pertenece su operatividad y es responsable de su arrabalización y abandono.

Este fortín construido con su mitad izquierda hacia el mar, de forma poligonal, con cinco lados y dos frontales, con el transcurso del tiempo y tras la invasión de Francis Drake, fue sufriendo modificaciones para reforzarlo en su defensa de la parte oeste de la Hispaniola.

Su nombre se debe a San Egidio, o San Gil, como se le conoce en el mundo de lengua española. Fue un ermitaño de origen griego que vivió entre los siglos VI y VII, peregrinó desde África a Francia defendiendo la fe cristiana, e impulsó la vida monacal al construir un monasterio cerca de la desembocadura del río Ródano.

“El fuerte San Gil esta arrendado a una empresa privada que tiene en mente remodelar para operar otro, pero de mayor categoría”, dijo Ligia Calero, de Patrimonio Cultural.

El fuerte

Esta obra de protección de la ciudad de Santo Domingo fue levantada en el año de 1543, presumiblemente ordenado por Don Alonso de Fuenmayor, quien a la sazón era el presidente de la Real Audiencia de Santo Domingo.



Escrito por: Jorge González
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Editor Gazcue es Arte

Master en Educación Superior mención Docencia, Licenciado en Comunicación Social, Técnico Superior en Bibliotecología y Diplomado en Ciencias Políticas, Columnista del periodico El Nuevo Diario

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