Si bien la primera combinación de panes con diferentes rellenos data del Siglo I A.C., momento en el cual el Rabino Hallil puso entre dos panes matza rodajas condimentadas de manzana y nueces picadas, no fue hasta el siglo XXVIII donde se popularizó. En la Edad Media era costumbre de las clases más bajas de la sociedad utilizar grandes rodajas de pan a modo de plato, por lo que todos los jugos y la grasa de las carnes eran absorbidos por el pan, costumbre luego adquirida por la aristocracia por un bocadillo nocturno ideal.
Cuenta la historia que fue el cuarto Duque de Sándwich, John Montagu, aguerrido jugador de cartas, para no levantarse de la mesa de juego comió lo que hoy sería un sándwich por primera vez. Mientras pasaba largas horas apostando, lo único que ordenaba a su cocinero era pan, queso y carne. Esto le permitía sostener con una mano las cartas, colocar entre dos rodajas de pan la carne junto con el queso y utilizar la mano libre para sostener este alimento, sin perder tiempo. Al verlo, la gente lo imitó ordenando “eso que Sándwich come”, popularizando el bocadillo con dicho nombre.
Fue la chef americana Elizabeth Leslie quien propuso en su libro de cocina publicado en 1827 un sándwich de jamón y queso por primera vez como plato principal, teniendo gran aceptación y dando el comienzo a una nueva manera de comer. Ya al comienzo del siglo XX comenzó a venderse en los almacenes de Estados Unidos los primeros panes de molde con blanca y esponjosa miga, y para la década del ´20 el sándwich se había convertido en un popular almuerzo para los niños en la escuela rellenos generalmente de huevos y jamón.
Entre los más conocidos en los Estados Unidos, país que lo llevó a la mesa cotidiana, se encuentran el club sándwich, que consiste de tres rebanadas de pan de miga tostado cortado en triángulos intercalando en sus capas tomate, lechuga, mayonesa, pollo y/o panceta; el Dagwood, nombrado según el personaje Dagwood Bumstead de la tira de dibujitos animados “Blondie”, elaborado con varias capas intercaladas de rodajas de pan, diferentes fiambres, quesos, verduras (en general lechuga y tomate) y condimentos coronado por una aceituna en un palillo en la punta; el submarino, originario de los estados del sur, fue el primer sándwich elaborado en pan francés, y el que es aún hoy uno de los preferidos, el de Roast Beef asado. El famoso sándwich de manteca de maní y mermelada fue creado por los soldados americanos en la Segunda Guerra Mundial, quienes luego pasaron esta costumbre a sus familias.
En el Viejo Continente, los sándwiches de queso grillado tuvieron su origen a comienzos del siglo XX en Francia, con el nombre de “Croque Monsieur”. Según el diccionario culinario Larrousse Gastronomique se confeccionaba a partir de dos rodajas de pan de molde untado con manteca relleno con jamón y queso gruyere y luego dorado con manteca clarificada; otra versión es gratinado con salsa bechamel y queso gruyere rallado por encima. El “Croque Madame” es lo mismo que el anterior pero que se sirve con un huevo frito encima. El tradicional sándwich de pepino tiene origen inglés, hecho con finas rodajas de pepino entre dos rebanadas de pan blanco sin costra ligeramente enmantecado. Los países nórdicos europeos tienen la costumbre de consumir sándwiches abiertos que consisten de rebanadas de pan, generalmente de centeno, con elementos frescos o ahumados por encima. En Dinamarca los sándwiches abiertos conocidos como Smørrebrød son una marca nacional y se piensa que los franceses se basaron en los mismos para crear sus famosos canapés.
En la actualidad los sándwiches han adquirido un toque más gourmet dejando de ser un simple tentempié. Se los sirve en la más diversa variedad de panes ya sea blanco, integral, con semillas, pita con los más creativos rellenos.
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