El gran colisionador de hadrones, en palabras simples: es la máquina más grande jamás construida que producirá la energía más grande jamás imaginada, a niveles subatómicos, en el corazón de los protones. Los protones son partículas dentro del núcleo del átomo con carga eléctrica positiva. La palabra Protón es griega y significa Primero. Los protones serán acelerados al 99% de la velocidad de la luz para chocar entre sí, chocarán de frente, produciendo altísimas energías a escala atómica. Este artilugio de la ciencia costó seis mil millones de euros, reuniendo 2037 científicos de 37 países.Esta máquina es un gigantesco anillo de 27 Km de circunferencia ubicado a 100 m bajo el suelo en la frontera de Suiza y Francia. ¿Para qué sirve? Pretende reproducir los primeros instantes del universo, observar cómo nació el cosmos una billonésima después de producido el Big Bang o gran estallido que dio origen a lo creado desde el punto de vista de la ciencia.
La máquina también busca probar la existencia de la antimateria, observarla de primera mano, como nadie la vio, y verla como se aniquila al interactuar con la materia. En otras palabras, los científicos se verán cara a cara con el antiprotón, ni más ni menos.
Y sobre todo, esta supermáquina busca el proverbial bosón de Higgs. ¿Qué rayos es el bosón de Higgs? Le llaman la partícula de Dios. Es aquella que puede explicar cómo las cosas adquieren la masa que tienen. El científico Peter Higgs descubrió teóricamente la existencia de dicha partícula en 1954. Aunque se supone que existe, nadie la ha visto. La máquina también pretende conocer los misterios de la fuerza de gravedad. Además, pretende descubrir el 95% de la materia que compone al universo, la materia oscura. El universo visible, galaxias, estrellas, planetas, satélites, cometas, todo, sólo representan el 5% de la materia, el resto, la gran mayoría, es invisible. Eso es lo que busca esta máquina, conocer el 95% del universo que nunca se ha dejado ver.
El peligro de que el LHC produzca accidentalmente un micro-agujero negro que devore a la Tierra carece de fundamento. En síntesis, el LHC es un manual sobre cómo crear un universo. Que la máquina usurpe el papel de Dios. Para muchos, ese es el centro de la polémica. Para la ciencia, se trata del experimento del milenio.
Escrito por: Juan Carlos García
(juajua24@hotmail.com)
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