ABUELA DE TEXAS CULPABLE DE FALSIFICAR MAS DE 100 MATRIMONIOS

Una abuela fue sentenciada a prisión por arreglar unas 170 bodas entre más de 12 de sus parientes con extranjeros dispuestos a pagar hasta 12.000 dólares para casarse y obtener su residencia legal en Estados Unidos.

María Refugia Camarillo, de 72 años, utilizó a las esposas de sus hijos, sus sobrinas, un sobrino e incluso a tres de sus nietas adolescentes para casarse con extranjeros que buscaban obtener su Cédula de Residente Legal Permanente.

Se estima que Camarillo obtuvo hasta un millón de dólares por los cobros que hacía a los extranjeros dispuestos a pagar para casarse.

La mayoría de los usuarios de sus servicios eran de Brasil y México. Camarillo, que comenzó a arreglar matrimonios en 1980, se aseguraba de que las edades de los supuestos novios no fueran muy diferentes para que parecieran legítimos, según las autoridades.

La abuela y su familia evitaron ser descubiertos por medio de robo de identidad, documentos fraudulentos y su conocimiento del sistema migratorio, dijeron las autoridades.

Camarillo y 14 de sus familiares se declararon culpables de cargos que incluyen asociación delictuosa para cometer fraudes relacionados con documentos migratorios, así como falsificación y mal uso de visas, permisos y otros documentos. Las sentencias que recibieron van de libertad condicional a casi cuatro años en prisión.

Pero las autoridades no han terminado su pesquisa. Ahora deben encontrar a las decenas de inmigrantes que se casaron sólo para obtener su residencia permanente.

Camarillo y su abogado evitaron hacer declaraciones sobre el caso que los investigadores llamaron Operación Falso Amor.

Según los documentos judiciales Camarillo se reunía con los posibles clientes en una oficina detrás de su casa. Los futuros esposos o esposas pagaban la mitad de la cuota establecida antes de casarse con alguno de los familiares.

Camarillo utilizó a sus cuatro hijos, a los hijos de su hermana y a una sobrina nieta. Al menos cinco de sus nietos, incluyendo tres que se casaron como parte del ardid por primera vez a los 17 años, también fueron utilizados. Incluso la esposa de un nieto se sumó al fraude.

La mayoría de los matrimonios arreglados ocurrieron en Texas, pero también hubo otros en Georgia y Washington. A veces no había uno en años pero otras veces los parientes de Camarillo tenían que casarse varias veces al mismo tiempo.

Para encubrir su delito Camarillo y otras personas preparaban actas de divorcio, información fiscal, actas de nacimiento y tarjetas con números de la Seguridad Social, todos ellos falsos.

Durante su juicio Camarillo admitió que sus familiares recibían unos 2.000 dólares por matrimonio. También había un pago de 200 dólares para aquellos que le enviaran posibles clientes. Aunque ella era quien se quedaba con la mayoría del dinero, no está claro que fue lo que hizo con él.

Camarillo y su familia vivían en un barrio pobre y muchos de los acusados en el caso no podían pagar un abogado.

"No encontramos bienes", dijo el fiscal Charles Brown. "No sabemos a dónde fue el dinero".

El juez sentenció a Camarillo a tres años en prisión y ocho meses en una prisión federal. Ella y su hija Olga Hernández, de 54 años, cumplen su condena en el Centro Médico Federal de Carswell en Fort Worth, una prisión para mujeres que necesitan atención médica especial.
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Editor Gazcue es Arte

Master en Educación Superior mención Docencia, Licenciado en Comunicación Social, Técnico Superior en Bibliotecología y Diplomado en Ciencias Políticas, Columnista del periodico El Nuevo Diario

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