Coincidencia o no, veinticuatro horas antes del terremoto de 7.0 grados que el martes devastó a Haití, me había llegado un correo en el que me presentaba preciosas imágenes de la vecina nación.El correo lleva por nombre “El Haití que tú no conoces”, y en él se presentan impresionantes imágenes del Palacio Nacional, del Congreso, de La Catedral y de plazas en el centro de Puerto Príncipe.
Sin embargo, tan sólo 24 horas después, un enorme sismo, de intensidad nunca registrado en Haití, reduce a escombros éstos emblemáticos monumentos del pueblo haitiano.
Pero ese movimiento telúrico no sólo destruyó las estructuras arquitectónica haitiana, sino también hospitales, escuelas y viviendas, dejando además miles de muertos y una inmensa cortina de dolor, luto y desesperación de sus gentes.
Aunque el correo lo abri el mismo día recibido, no fue hasta ayer, miércoles, y después de sobreponerme un poco de la catástrofe haitiano, cuando vine percatarme de la coincidencia o del preludio que anunciaba este e-mail.
El correo me lo había enviado mi esposa, quien lo había recibido de una monja de La Vega.
Ayer cuando le comenté sobre la coincidencia, me dijo que siempre recibía correos de la religiosa y nunca le respondía. Después sobrevino el desastre en Haití.
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