JOHANNESBURGO.- Tres empresas sudafricanas productoras de calendarios demandarán a la FIFA por sus pretensiones de reservarse en exclusiva y con fines comerciales el uso de "2010" y tratar de impedir que esa fecha aparezca en los almanaques, informó hoy la agencia local "Sapa".
Aunque cualquiera diría que hay que tener mucha inventiva para imaginar un calendario al que le falte la fecha, los servicios jurídicos de la FIFA enviaron la semana pasada a las tres compañías sendas cartas exigiéndoles 2,7 millones de Rand (370 mil dólares) en concepto de derechos de autor.
Dice la FIFA que la utilización de la fecha con fines comerciales incumple la legislación especial aprobada el año pasado para proteger su marca de cara al Mundial, un argumento que Goolam Allie, director de la compañía involucrada "Paragon", calificó de "falaz".
"Paragon" tiene listos para ser distribuidos casi 85 mil calendarios, tanto de mesa como de pared y Allie se pregunta qué pretende la FIFA que haga la empresa con todos ese género.
"¿Están diciendo que debemos regalar los calendarios?", se preguntó Allie, que confirmó que su empresa, ubicada en Ciudad del Cabo, así como las otras dos en Johannesburgo, pelearán con la FIFA con todos los medios a su alcance.
El abogado especializado en patentes Richard Track afirmó que las fechas están consideradas en bien común y que sobre ellas no rige derecho de propiedad intelectual alguno, mientras que una portavoz de la FIFA dijo que aunque su organización está comprometida con la libertad de expresión tiene que proteger sus derechos comerciales.
El celo con que la FIFA vela por sus intereses económicos está levantando ampollas en Sudáfrica, y el malestar corre como la pólvora en internet y entre muchos colectivos.
"El Mundial es un evento de la FIFA. Alquiló el país al Gobierno", escribe hoy con sarcasmo Sipho Hlongwane, popular columnista del "Mail and Guardian".
"Al escuchar hablar a alguna gente, pensarías que el Mundial nos va a hacer a todos ricos. Muchos de nosotros vamos a estar profundamente decepcionados después de julio. Esperen un puñado de protestas, cartas encendidas a las periódicos e incluso una revuelta o dos", añade.
El asunto de los calendarios sucede al de la empresa Kulula.com, una compañía aérea de bajo coste que se anunciaba como "la línea aérea nacional de ya sabes qué" en un cartel en el que aparecía el estadio de Ciudad del Cabo y unas vuvuzelas.
La FIFA le envió una carta a la compañía, que se vio obligada a cambiar el cartel, pero que desafió de nuevo al máximo organismo del fútbol señalando a las vuvuzelas como palos de golf e identificándose como la compañía aérea no de 2009 ni de 2011, sino de año que va en medio.
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