EL 2010 MARCA REVOLUCION DE LAS ESTADISTICAS EN GRANDES LIGAS

SAN FRANCISCO (AP). — UZR. FIP. BABIP. La revolución de las estadísticas en el béisbol ya dejó de ser algo que sólo interesaba a unos cuantos fanáticos estrafalarios. Siglas que aluden a nuevas estadísticas, como el UZR, son ahora de uso frecuente en los altos mandos de los clubes, las tribunas de prensa y en cualquier discusión sobre el valor de un pelotero.

El béisbol está ahora obsesionado con el alfabeto de las estadísticas, el nuevo idioma del deporte. El proceso comenzó hace más de medio siglo y luego cobró fuerza en la década de los 80 con los seguidores de Bill James. Pero hace siete años, con la publicación del libro “Moneyball”, dejó de ser algo que era considerado como secundario.

Siglas como OPS y WARP ya son habituales. Estadísticas como Fielding Independent Pitching (FIP) incluso inciden en la escogencia de los ganadores del Cy Young, mientras que guarismos como el “Ultimate Zone Rating” (UZR) y “Batting Average on Balls in Play” (BABIP) determinan contrataciones.

Traducirse eso en español provoca un largo juego de palabras. Pero el UZR es el barómetro en moda para medir la capacidad de un fildeador de realizar una jugada defensiva. Franklin Gutiérrez, jardinero venezolano de los Marineros de Seattle, fue el líder de esa categoría el año pasado en las mayores.

Para explicarlo mejor, Gutiérrez prácticamente fue como una aspiradora en el bosque central. ¨Y BABIP? Esta estadística mide el porcentaje de turnos que terminan con la pelota en juego y en los que al bateador se le acredita un hit, excluyendo los jonrones. Lo que busca es precisar cuanta ayuda reciben los lanzadores de sus compañeros en la defensa.

Ahora mismo casi cada equipo toma en cuenta los denominados análisis sabermetricos en diversas formas. Ya no se discute si se debe incluir análisis estadístico en el béisbol. El asunto está en el grado de importancia que debe tependent Pitching” o FIP, que separa el desempeño de un lanzador con respecto al trabajo defensivo de su equipo al medir exclusivamente factores que están sólo bajo su control, es decir jonrones permitidos, ponches, boletos y bateadores golpeados.

Aunque Lincecum se benefició por un buen FIP, el as de los Gigantes de San Francisco no está del rlas por emplear a Mike Gimbel, un gurú de las estadísticas. Tampoco ayudó que Gimbel solía presumir de su influencia y que en su apartamento de Nueva York tenía a lagartos y otros reptiles como mascotas.

Pero todo empezó a cambiar con la publicación de “Moneyball”, el libro de Michael Lewis que detalló cómo los Atléticos de Oakland armaron equipos competitivos a comienzos de la década pasada al recurrir a los números fríos.

El mejor ejemplo actual corresponde a Seattle. Los fichajes de Gutiérrez y el torpedero Jack Wilson se hicieron tomando en cuenta el talento defensivo de ambos.

Ambos incidieron bastante para que los Marineros repuntasen de una campaña de 61 victorias en 2008 a 85 el año pasado. Y Seattle ahora comienza la campaña como candidatos a alzarse con el banderín del Oeste de la Liga Americana.
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Editor Gazcue es Arte

Master en Educación Superior mención Docencia, Licenciado en Comunicación Social, Técnico Superior en Bibliotecología y Diplomado en Ciencias Políticas, Columnista del periodico El Nuevo Diario

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