SANTIAGO DE CHILE. Tras la renuncia de Miguel Otero como embajador de Chile en Argentina, el Gobierno chileno dio ayer por superada la polémica a raíz de sus declaraciones a favor de la dictadura de Augusto Pinochet.‘Lo que ha hecho Miguel Otero, quien ha realizado su renuncia, es un gesto que yo aprecio. Me parece que esto cierra este tema’, dijo el canciller chileno, Alfredo Moreno, al llegar al aeropuerto de Santiago procedente de Lima.
Otero, que permanecía desde el viernes en Chile, comunicó este martes su ‘renuncia indeclinable’ vía telefónica al ministro.
El canciller también descartó que esta polémica entorpezca los vínculos con Argentina, país con el que Chile tiene unas buenas relaciones, plasmadas en el nuevo tratado de integración firmado en octubre de 2009, al considerar que éste es un debate interno.
‘Es una cosa que responde a los problemas que tenemos los chilenos’, indicó.
LA POLÉMICA
Parlamentarios oficialistas y opositores y víctimas del régimen militar (1973-1990) habían solicitado la dimisión de Otero, quien en una entrevista publicada el domingo en el diario bonaerense Clarín dijo que ‘la mayor parte de Chile no sintió la dictadura’.
Moreno opinó que ‘esto no debió haber sucedido’ y señaló que si bien las declaraciones de Otero fueron a título personal, ‘los embajadores de Chile son embajadores todo el día, sobre todo cuando están en el país vecino’.
También la portavoz del Ejecutivo, Ena Von Baer, dio por superado el incidente y recalcó que el Gobierno de Sebastián Piñera ‘es un defensor de la democracia’.
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