Un día una florista italiana fue a cortarse
el cabello con un estilista, en New York.
Cuando quiso pagarle, el estilista le dijo
que no podía aceptar el dinero porque él
estaba haciendo un trabajo comunitario.
Al día siguiente, el estilista se encontró
con una tarjeta de agradecimiento de `
parte de la florista, y una docena de rosas
en la puerta.
Después, fue un policía irlandés, a cortarse
el cabello con este mismo estilista y de igual
manera, el estilista no permitió que le pagara
porque se encontraba haciendo un trabajo
comunitario.
Al siguiente día, el estilista se encontró con
una tarjeta de agradecimiento y una docena
de donas en la puerta.
No pasó un día, cuando fue un ingeniero suizo a cortarse el cabello y de igual forma, después de recortarlo, el estilista no permitió que el ingeniero suizo le pagara porque se encontraba realizando un trabajo comunitario.
Al día siguiente, el estilista encontró en la puerta de la peluquería una tarjeta de agradecimiento y una caja de bombones de un rico chocolate suizo.
Después fue un cocinero Dominicano, y de
igual manera, el estilista no dejó que el Dominicano le
pagara su cuenta.
¿Adivina que se encontró el estilista, al día
siguiente en su puerta..???.........
Piensa.......Piensa.......Piensa.......
Piensa.......Piensa.......Piensa.......
Piensa.......Piensa.......
!!!Claro!!!..... Nada más y nada menos que a una docena de Dominicanos, haciendo fila, esperando por un corte de cabellos, gratis!!!!!
!!Somos inconfundibles!!!!!
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