¿Quién pagaría 42.000 euros (65.000 dólares) por una noche de hotel? Ese es el precio de la más lujosa "suite" de Europa, conocida por ser la más grande del continente y... la más cara del mundo. Se encuentra en la ciudad suiza de Ginebra.
Michael Jackson, Michael Douglas, Céline Dion o Matt Damon son algunas de las estrellas que han dormido en la Royal Penthouse Suite del hotel President Wilson, un establecimiento de cinco estrellas situado en la rada de Ginebra, a orillas del Lago Leman, que se encuentra entre los preferidos de los ricos y poderosos que viajan a la ciudad suiza.
Pero ¿qué tiene la famosa suite para que famosos, reyes y presidentes no duden en pagar ese precio inalcanzable para el común de los mortales?.
Para empezar, espacio: con una superficie de 1.680 metros cuadrados, la "suite" Penthouse ocupa toda la octava y última planta del hotel, desde donde se abarca una vista inigualable de todo el lago Leman y de los Alpes suizos.
Además, lujo y refinamiento, una decoración suntuosa y un extraordinario confort capaz de contentar a los más sibaritas.
En realidad, la suite es algo más que un lujoso apartamento de vacaciones: con tres dormitorios principales, siete cuartos de baño, un comedor para 30 comensales, un salón de 240 metros cuadrados, ascensor privado y terraza igualmente privada sobre el lago, los huéspedes no se limitan, en la mayor parte de los casos, a pasar una noche.
Largas estancias
"Las estancias habituales en esta suite van desde una noche a dos meses y medio", afirma Fabienne Newhart, directora de relaciones con la clientela.
Un ejemplo de esa larga estancia lo constituyen los miembros de la Familia Real saudí quienes suelen pasar aquí "un par de meses alojados porque esta es su residencia secundaria", afirma Newhart.
El rey saudí no es el único miembro de la realeza que ha disfrutado de estos "soberanos" aposentos, que también han visto pasar al rey y la reina de Jordania, a los reyes de Marruecos, al jeque Jalifa bin Zayed al Sultan de los Emiratos Árabes Unidos, al rey de Bahrein o al más cercano Príncipe Alberto de Mónaco.
Políticos como el presidente Bill Clinton, su vicepresidente Al Gore o el presidente de la Unión Soviética Mijail Gorbachov también han vivido en este lujo, si no asiático, sí ginebrino.
Pero si las estancias más largas no suelen superar los dos meses y medio, Newhart recuerda un caso excepcional: el de Gulnara Karímova, la "hijísima" del presidente de Uzbekistán, Islam Karímiov, quien permaneció seis meses en el suntuoso alojamiento.
"Madame Karímova permaneció en esta suite seis meses porque estaba haciendo reparaciones en su residencia de Cologny (localidad cercana a Ginebra y a orillas del lago donde residen muchos millonarios)", recuerda, con naturalidad pasmosa, la responsable del hotel.
Y es que la hija mayor del presidente vitalicio de Uzbekistán, y su más conocida imagen en el exterior, reside entre España, donde es embajadora de su país, y Suiza, donde también representa a la república ex soviética ante la ONU en Ginebra, además de ser igualmente embajadora en Francia. ¿Tendrá el don de la ubicuidad?.
La extraordinaria suite cuenta, entre sus siete cuartos de baño, con uno propio de "Las mil y una noches": mármol y arabescos, un "hammam" privado, jacuzzi, televisión y espectaculares vistas sobre el lago y el Mont Blanc de nieves eternas.
Y entre las últimas novedades introducidas al inmenso alojamiento se cuenta una sala de "fitness" equipada con todos los aparatos necesarios para practicar deporte sin salir.
El gran piano de cola del salón ha sentido sobre sus teclas los dedos de Michael Jackson, quien, como recuerdan en el hotel, "organizó una velada privada en la suite para un grupo de amigos" durante su estancia en la ciudad.
Pero no todo es lujo y "glamour" en este reducto de exclusividad a orillas del lago, en alguna ocasión, el escándalo ha llamado a sus puertas.
No es ningún secreto que en este establecimiento hotelero se alojaba -como en años anteriores- uno de los hijos del líder libio, Hanibal Gadafi, acompañado por su esposa embarazada, en el verano de 2008, cuando fue acusado de maltrato por dos de sus empleados domésticos y conducido a comisaría.
La breve detención de Hanibal Gadafi, durante 24 horas, causó una grave crisis diplomática entre Suiza y Libia, que apenas empieza a resolverse tras la liberación, el 13 de junio, de un ejecutivo suizo retenido en Trípoli desde entonces.
"Nosotros no tuvimos nada que ver con la acusación. No fuimos nosotros quienes llamamos a la policía", aseguran los responsables de relaciones públicas del hotel, en un intento de desvincularse del caso.
Pero los Gadafi no se alojaban en la suntuosa suite Penthouse, sino en una más discreta, la "Junior", cuya tarifa asciende a 2.500 euros (3.166 dólares) la noche.
Un precio que, en fin de semana, puede reducirse hasta los 1.180 euros (1.480 dólares) para promover una mayor ocupación del hotel, dado que la ciudad de Ginebra, enfocada en congresos, negocios y organismos internacionales, todavía no es fácil de vender como destino de ocio.
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