Policías, periodistas y otras personas no pudieron comunicarse este lunes por teléfono con la oficina auxiliar de relaciones públicas de la Policía, donde nadie contestaba.
Algunos especulaban que el aparato estaba dañado, que el general Nelson Rosario, jefe del área, había llamado a una reunión; o que la recepcionista no había ido hoy.
Pero no se trataba de nada de eso, sino de la ocurrencia de un maniático que robó el cable del teléfono, que vale 50 pesos.
El problema se resolvió cuando el oficial del día ordenó a un sargento que indagara las causas, y éste comprobó que todo se debía a que el cable no estaba.
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