(joserafael.sosa@gmail.com)
El Festival Presidente de Música Latina, con su cartelera de arte local e internacional, supone un evento que movilizará millares de personas de la capital y las provincias en procura de aire puro. El evento se está perfilando, por las características de su pre-producción en un acontecimiento de higiene mental colectivo.
El aporte que hace la Cervecería Nacional Dominicana con el montaje de este Festival excede la trascendencia de la moda en las presentaciones estelares locales e internacionales.
Más allá de las consideraciones de la farándula, el Festival es un colchón social de amortiguamiento frente a los efectos de la delincuencia, la violencia, las noticias deprimentes.
La gente tiene el deseo de “botar el golpe”, aun cuando sea mediante el disfrute de un evento que durará tres días Estadio Olímpico. El Festival llega en buen momento.
El montaje, la promoción mediante publicidad exterior y la televisiva está fuera de escala ordinaria y muestra el avance técnico y artístico que ha alcanzado el marqueting criollo, la pre-producción, la cartelera nacional e internacional – ahora reforzada por la Bachata como género de gran consumo y en la persona de dos de sus líderes- transforman al Festival Presidente de Música Latina en un recurso de necesario escape social, además de ser un destino turístico interno de coyuntura.
El Estadio Olímpica dejará por un fin de semana su rol de espacio deportivo para adquirir el de la más grande y masiva discoteca al aire libre.
Los muchachos y muchachas, condicionados a una rutina de trabajo y de estudio, tendrán un chance particularmente necesario ahora. Acudirán allí a escuchar sus artistas y a cantar con ellos.
A ver como su piel se eriza de emoción con las baladas que “dan duro” en el alma enamorada o a bailar, de a como se pueda, cuando se encienda la pista con el merengue, la salsa o el ritmo urbano.
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