COPIAPO (AFP).- Jessica anda más sonriente que de costumbre. Acaban de pedirle matrimonio por la Iglesia. La propuesta llegó por carta, sin sello postal y desde las profundidades de la tierra. Su pareja, Esteban Rojas, uno de los 33 mineros atrapados en el norte de Chile, se lo planteó y ella aceptó.
Jessica y Esteban llevan 25 años casados por civil y tienen tres hijos, pero el sueño de ambos fue prometerse amor eterno en el altar, ante los ojos de Dios y vestida de blanco.
"Siempre lo habíamos postergado por una y otra cosa, a veces por temas económicos. Me decía: ´Negra, esto es una sola vez en la vida y hay que celebrarlo bien´", cuenta Jessica, y recuerda sonriente: "A veces me decía: mejor nos casamos cuando adelgaces para que te quede el vestido, y allí quedábamos".
Hasta que la oferta llegó. "Cuando salga, compramos el vestido y nos casamos", le escribió Esteban en la carta que le envió desde el fondo de la mina, a 700 metros bajo tierra, donde quedó sepultado junto a otros 32 compañeros el 5 de agosto pasado.
Anteayer los familiares de los mineros recibieron las primeras cartas que los trabajadores hicieron llegar a través del pequeño ducto por el cual se logró establecer comunicación con ellos el domingo, después de 17 días sin que se tuvieran noticias de ellos.
Pero sacarlos de allí requiere una excavación más amplia, cuya construcción tardará entre tres y cuatro meses. Las cartas en este período serán la principal fuente de comunicación con el exterior.
Jessica aclara que la petición que le hizo Esteban no fue espontánea. Fue ella quien le recordó su promesa de matrimonio en la carta que le envió primero por la misma vía. "Cuando le envíe la carta yo le puse: ´Cuando salgas nos casamos por la Iglesia´. Pensé que iba a quedar sólo entre él y yo, pero me respondió. Así que yo le digo que sí", asegura, y bromea con que pronto empezará a circular la lista de regalos para su boda.
Por lo pronto, Jessica lo espera a las afueras de la mina de San José, ubicada a 900 kilómetros de la capital, desde donde no se ha movido en los 20 días en los que Estaban lleva atrapado en el fondo del yacimiento. Y advierte que no se irá de allí hasta verlo salir: "Voy a cumplir un sueño. El matrimonio dice que hay que estar juntos en las buenas y en las malas, y aquí sigo estando con él", asegura Jessica sonriente.
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