El deporte desata pasiones. Lo tenemos a diario en nuestras pantallas, en nuestros periódicos y en nuestros aparatos de radio. El inconveniente para los hablantes consiste en que, cuando un error ortográfico o gramatical cunde entre locutores, cronistas o publicistas, estamos condenados a encontrárnoslo hasta en la sopa. El deporte y la competición, contra uno mismo o contra otros, van de la mano. Los verbos ganar y perder se convierten en protagonistas y también, por desgracia, las preposiciones con las que se construyen.
Cuando un equipo gana a otro debemos usar la preposición a, y no la preposición de, como leemos o escuchamos con demasiada frecuencia: "el Licey ganó a las Águilas", no "de las Águilas". El contrincante vencido es gramaticalmente un complemento indirecto y se construye con la preposición "a". Cuando un equipo resulta derrotado no pierde del oponente sino frente a él: "el Licey perdió frente a las Águilas" (por aquello de mantener el equilibrio, y para que nadie se moleste).
Si el énfasis se pone en el tipo de competición, "ganamos o perdemos al ajedrez o al dómino". Si, por el contrario, lo que nos interesa es destacar en qué cualidad o destreza un competidor superó a otro, hablaremos de que "Nadal le gana a Federer en corazón".
El uso correcto de las preposiciones nos supone ganar en calidad de expresión. No es tarea fácil. La competencia es dura pero, como en el deporte, la preparación, la concentración y la práctica nos harán maestros.
María José Rincón
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Hola vivo en gazcue
ResponderEliminary quisiera saber si hay alguna escuala de artes marciales y su direccion.
gracias.