Escrito por: César Mella
Con frecuencia nos llegan noticias de los centros educativos públicos y privados sobre las infracciones que cometen algunos estudiantes.
Generalmente pertenecen al segmento de los adolescentes.
¿Cuál es el alumno propenso a la violencia?
Once podrían ser las señales ( Pollack, 2001):
1.- Es un muchacho que no escucha a los adultos y rechaza la autoridad.
2.- Le cuesta mucho prestar atención y concentrarse.
3.- Tiene bajas notas. Suele causar problemas administrativos y con frecuencia falta a la escuela o llega tarde.
4.- Pelea con frecuencia. Se une a pandillas o a los llamados grupitos de los traviesos. Participa en robos o destrucción de la propiedad. Pongamos por ejemplo el robo de exámenes u otro material educativo.
5.- No tolera frustraciones. Ante una mala nota se violenta frente al profesor.
6.- Piensa que la vida es injusta con él. Culpa a los demás de sus fracasos. Suele ser revanchista.
7.- Prefiere los vídeos y juegos violentos y también selecciona películas con el tema de la agresividad.
8.- Tiene pocos amigos. Es persona rechazada o puede ser objeto de humillaciones, por ejemplo, no le invitan a las fiestecitas de sus amigos del colegio.
9.- Sus amigos preferidos son desordenados y problemáticos.
10.- Suele ser cruel o violento con las mascotas u otros animales.
11.- Consume alcohol y drogas en una buena cantidad de casos.
Las anteriores condiciones constituyen un reto para padres y profesores. En coordinación con los psicólogos de los centros de enseñanza es bueno sugerir:
a.- Supervisión personalizada del estudiante. Reuniones frecuentes con la familia para buscar raíces del comportamiento.
b.- No utilizar la violencia física como correctivos.
b.- Instruir al estudiante sobre formas no agresivas de resolver problemas.
c.- Saber imponer límites y normas disciplinarias de forma gradual.
Estas sanciones van desde mantenerlo un rato sentado en la dirección; suspenderlo por varios días… y cuando se llega a la expulsión habría que contratar un equipo de salud mental externo para rehabilitar al estudiante y sus familiares.
d.- Chequear que el alumno no tenga armas blancas o de fuego y evaluar si el comportamiento violento incluye su hogar o el sector en donde vive.
Tener trabajadoras sociales en las escuelas, junto a un equipo de psicólogos es una medida muy importante.
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