El Centro León celebra su séptimo aniversario. Era difícil imaginar que se podría contar con un centro cultural de tan magnífica planta física y activa vida creativa en su interior en Santiago. O en el país. (Hay que reconocerlo, en la capital no hay nada que se le parezca.)El Centro León se atreve con cosas que nadie había hecho aquí. A la vez, asegura patrimonios artísticos que de otra manera podrían perderse y ofrece uno de los centros de consulta más completos, sofisticados y universales con que pueden soñar artistas e investigadores.
El del Arte y la Cultura es un mundo complicado, complejo. Los artistas, y debe ser así, tienen su temperamento. Y el público es caprichoso, infiel, a veces psicorígido y otras irrespetuoso. En ocasiones sorprende por su abierta mentalidad y otras se resiste a que le "cuelen" una genialidad que nadie entiende. (A lo mejor es que es mala, no es que el público sea tonto).
Un centro cultural debe entender y compagina todos estos humores, a la vez que confiar en su política y convicciones. El Centro León apuesta a vivir el arte en sus instalaciones y a llevarlo a colegios y barrios. O a trabajar con el mismo artista en su taller impulsando su proceso creativo. Muchas vías para hacer de la cultura y el arte una vivencia real y cotidiana para el pueblo.
¿Que cómo se hace eso? Pues con mucho trabajo y desde luego, con amor por el arte. Siete años apostando a hacernos la vida un poco más bella.
IAizpun@diariolibre.com
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