(juajua24@hotmail.com)
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Sin embargo, en Perú hay indicios claros de que antes de Colón, los japoneses exploraron esas costas en el año 400 antes de Cristo, esto es, más de 12 siglos antes que los anteriores. No obstante, recientes investigaciones sugieren que mucho antes que Colón, que los vikingos, que los fenicios y los japoneses, los asirios llegaron a América en el año 1411 antes de nuestra era, esto es, casi dos mil años antes que nadie más, siendo los verdaderos descubridores del nuevo continente, en virtud de lo cual ya no es tan nuevo.
El verdadero truco para alcanzar América tiene un nombre: los vientos alisios. Tales vientos soplan desde África hacia América y facilitan los viajes. Los antiguos marinos precolombinos sabían de estas leyes y pudieron navegar de un continente a otro. A su vez, las naves fenicias desprovistas de timón de codaste (inventado en el siglo XIII en Europa) pudieron avanzar zigzagueando contra el viento. El mérito de Colón es el impacto histórico de su descubrimiento.
Lo más asombroso lo dejo para el final: todos decimos que América tendría que haberse llamado Colombia, pero ahora surge algo increíble: que en su cuarto viaje, cuando Colón desembarca en Nicaragua, les pregunta a los indios dónde se encuentra el oro que tanto busca. Y éstos le habrían señalado las altas planicies exclamando "Américo-Américo". Si esta explicación extremadamente tardía es cierta, entonces, por una extraordinaria casualidad, un nombre indígena sería el mismo que el del explorador a quien se le atribuyó, por error, el descubrimiento del nuestro continente. Apasionante, ¿no le parece?
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