El cantante británico y ex militar James Blunt relató hoy en un programa de radio cómo evitó la III Guerra Mundial al rechazar una orden del general estadounidenses Wesley Clark de desalojar por la fuerza a los soldados rusos que tomaron el control del aeropuerto de Pristina, capital de Kosovo, en 1999.
Blunt, que dirigía al batallón británico que llegó al aeropuerto kosovar, aseguró que tuvo claro que atacar a los rusos hubiera desencadenado un conflicto mundial y que por eso rechazó la orden de un superior pese a saber que afrontaba un juicio militar.
Afortunadamente, se encontró de inmediato con el respaldo del general británico Mike Jackson, quien aseguró personalmente, según explicó Blunt a la BBC, que no iba a convertir a sus soldados en los responsables de poner en marcha la III Guerra Mundial.
"Recibí la orden directa de rendir por la fuerza a los aproximadamente 200 rusos que había allí. Yo era el mando y tenía a los hombres detrás. Eran soldados del Regimiento de Paracaidistas, así que obviamente estaban preparados para luchar", dijo.
"La orden directa vino del general Wesley Clark y era la de rendirlos por la fuerza. Se utilizaron palabras a las que no estábamos acostumbrados, palabras como 'destruir' se escucharon a través de la radio", afirmó Blunt, que dejó el ejército tras hacerse famoso mundialmente en 2002 por su canción "You're beautiful".
Blunt lo recordó como "una situación de locos", porque "teníamos en frente a doscientos rusos apuntándonos con sus armas de manera agresiva (...) y nos habían dicho que teníamos que tomar el control del aeropuerto (...) para que la OTAN tuviera la iniciativa".
El cantante tiene claro que haber hecho caso a Clark, entonces comandante supremo de las fuerzas de la OTAN en Europa, hubiera desencadenado una contienda mundial: "Sin duda, y esa es la razón por la que pusimos en cuestión las instrucciones del general".
"Afortunadamente, se escuchó en la radio al general Mike Jackson, cuyas palabras exactas en aquel momento fueron: 'No voy a hacer responsables a mis soldados de comenzar la III Guerra Mundial".
"Nos dijo también que nos disolviéramos a lo largo de la carretera, es decir que rodeáramos el aeropuerto", relató.
"Después de un par de días -agregó el músico- los rusos nos dijeron: 'Un momento, no tenemos comida y no tenemos agua. ¿Podemos compartir el aeropuerto con vosotros?".
Preguntado por el riesgo que corrió de afrontar un juicio militar, contestó que "hay cosas a lo largo de la vida que sabes que están bien y cosas que sientes que están absolutamente mal".
"Son las cosas que moralmente hay que rechazar, y ese espíritu de juicio moral es algo que los soldados británicos llevamos grabado dentro", concluyó.
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