Si hay una palabra, o combinación de palabras, que nos plantean dudas cada vez que tenemos que escribirlas esas podrían ser porque, por qué, por que y porqué. La verdad es que parecen pensadas para causar inconvenientes. Sin embargo, no hay que desesperar. El uso de cada una de ellas tiene sus propias reglas. Juntas o separadas, con tilde o sin ella, todas tienen su porqué.
La más sencilla es esta: el sustantivo porqué, que como todos los sustantivos, va presentado por un determinante, y que significa, según la definición de nuestro Diccionario académico, 'causa, razón o motivo'.
Cuando queremos expresar una causa utilizamos la conjunción porque, que podríamos sustituir por 'puesto que'. Se escribe sin tilde porque se trata de una palabra átona, que se pronuncia sin énfasis.
Si las encontramos separadas estamos ante la unión de la preposición por con otra palabra. Cuando el qué lleva tilde estamos ante una interrogación o exclamación, ya sea directa o indirecta. Todos nos preguntamos por qué todo esto es tan complicado. Pero no desesperemos, que solo nos queda una.
La preposición por seguida del relativo o de la conjunción que, ambas átonas y, por lo tanto, sin tilde, es casi siempre la más difícil de distinguir. Las vemos con más claridad a través de los ejemplos: "Abogamos por que la educación sea una prioridad". Desde luego no estamos ante una interrogación, o no deberíamos estarlo. ¿No creen?
De María José Rincón
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