Escrito por: Leo Corporán
(teenteraste2006@yahoo.com)
Luego de grandes debates entre sectores de la directiva del Escogido Béisbol Club, se decidió velar y darle cristiana sepultura al pobre León.Luis Manuel Bonetti, presidente del Escogido, encabezaba la posición de que no quería que el León fuera enterrado y que se dejara en una funeraria hasta la próxima temporada.
“Luis Manuel, tú estás loco”, le dijo José Miguel Bonetti, al principal ejecutivo rojo.
El presidente del conjunto rojo respondió: ¿Y cómo voy a ver enterrando al León. No tengo valor ni fuerza. Pensé que hoy estaríamos celebrando con el trofeo de campeón”.
Luego de varios consejos de asesores y amigos de Luis Manuel, con los ojos llorosos y rojos como un tomate, el alto ejecutivo escarlata accedió que se hiciera el velatorio para que luego el sufrido León fuera sepultado.
Se formó un lío
Cuando llegué a la funeraria Luis Manuel Bonetti me pidió que por favor intervieniera ante Roberto Salcedo, quien se oponía a que el León fuera enterrado en el cementerio de la avenida Máximo Gómez o en Cristo Rey.
Salcedo quería que fuera en el cementerio Puerta del Cielo, por la categoría del encumbrado animal. Además de que, según dijo, sus familiares tenían muchos recursos económicos.
Paola
Paola de Bonetti, la hija de Luis Manuel, no quería despegarse del ataúd.
Su hermano Luis Manuel Bonetti hijo le dijo: “Por favor Paola, tranquila. Te vas a poner mala”.
Ella con voz firme, pero llorando le respondió: “Si no quieres problemas, déjame, que los únicos que no saben que el León fue traicionado son Papi y tú. Márchate”.
Salvatore Bonarelli, el esposo de Paola, me comentó: “Esa muchacha está tan mala que no quiere que nadie se le acerque”.
Sigfrido Pared Pérez
El vicealmirante Sigfrido Pared Pérez, considerado como uno de los más fiebruses y leales deudos del Léon, se presentó a la funeraria del Ayuntamiento de Cristo Rey, ya que el Alcalde del Distrito, había hecho la paz con la directiva roja y ordenó que el cuerpo baleado y vilmente asesinado, recibiera las más finas atenciones.
Sigfrido entró, abrió los brazos y se pronunció: “León, te prometo que yo como oficial de la Marina, haré todo el esfuerzo para saber la razón por la que fuiste asesinado”.
Por las relaciones de amistad que tengo con Sigfrido, me dolió mucho verlo en esas condiciones.
Porfirio Castro
Porfirio Castro, quien se pasó la temporada completa diciendo que al León nadie le ganaba y que sería una dinastía roja, nunca habló, pues alguien dijo que si abría la boca le daría un pecozón por...
Saturtino Martínez
El presidente del club Mauricio Báez cayó preso cuando le dio una trompada en la boca a su esposa Belkis Aquino (La Morenita), que es una enferma liceísta.
“Nunca le había dado un golpe a una mujer, pero esta me sacó de sitio al burlarse del León y de mi”, me dijo Moñoño y luego se excusó por su actitud.
José Miguel Bonetti
José Miguel Bonetti hijo no permitió entrevistas y se opuso a que se le tomaran fotos al León y a que los reporteros se acercaran al ataúd, bajo el alegato de que el animal estaba muy demacrado.
No le gustó a los periodistas cuando José Miguel señaló: “Yo soy quien mando aquí. Este muerto es mio y de Moisés Alou, quien es mi hermano, en las buenas y las malas”.
Moisés con una camisa blanca y una corbata negra, me abrazó y me dijo: “Leo, no sé que hacer. Y me preguntó: ¿Qué dicen los escogidistas sobre esta muerte inesperada?
Le respondí con una mentira piadosa: “Moisés, son cosas del destino. Ten conformidad. Luchaste y cuidaste al León como nadie. Siempre estuviste a su lado en el play. Tranquilo, mi hermanito”.
Mackey Calzada
Mackey amenazó con salirse de la política ante el fallecimiento de su adorado León.
Pero luego, entre amigos, expresó: “Si ganamos, voy a estar muy bien y en la papa. No me puedo alocar por un maldito León”, e irrumpió en llantos que se escuchaban en la Ortega y Gasset.
Hoy Mismo
Otro rebú que se armó fue cuando Oscar Medina decidió colocar sólo música religiosa en los programas Hoy Mismo y el Poder de la Tarde.
Luisín Mejía y el pequeño Alberto Caminero se opusieron en su condición de liceístas, pero Oscar llamó a su padre a Madrid, jefe de los espacios y bajó línea para que se respetara la memoria del León y que si no aceptaban, se fueran a otro programa.
Al dar la información de que no se pasarían los programas en vivo, Oscar no pudo seguir hablando y estalló en lágrimas.
Danny Alcántara le quitó el micrófono y se excusó ante los televidentes.
Cristian Jiménez, el más enfermo escogidista, llegó en ese momento y pidió públicamente realizar el panegírico del León y recibió un mensaje electrónico en que se le dijo tajantemente: “Usted se equivocó. Eso lo hará Felipe Rojas Alou, quien es un símbolo del Escogido. Ha sufrido mucho y es ecuánime. Vino desde Estados Unidos a resaltar los grandes sacrificios y lo que ha hecho por el país el León.
Tengo muchas otras informaciones, pero se las daré mañana.
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