Escrito por: José Rafael Sosa
Tras haber visto en la Sala Ravelo del Teatro Nacional El ABC del Sexo, queda claro que los seres humanos hemos sido mal formados en materia de la vida íntima.
La conclusión es simple y terrible: Todos tenemos problemas sexuales.
A veces, nos cuesta admitirlo.
La pieza que protagoniza Edilí, es mucho más que una comedia para pasar el rato. Basada en el texto Hagamos el Sexo en Paz, la pieza es un compendio actualizado de sexualidad para parejas fieles, que revoluciona muchos de los criterios que tenemos como verdades absolutas. No sin cierta razón, el montaje es apadrinado por el Consejo Presidencial del Sida, cuyo director, el doctor Gustavo Rojas Lara, estuvo presente en la función de gala.
Edilí comienza preguntando si en el público había alguien que no tuviera problemas sexuales. Un señor levantó la mano. Ella lo miró, pidió un aplauso por su valor y por…”jabladorazo”. Es que nos cuesta admitir que tenemos todos problemas en ese nivel.
Sin embargo, donde el impacto de la cruel verdad es total, es cuando desde el texto, la “conferencista y terapeuta sexual” Edilí, revela que la frigidez no existe. Que es un invento. Que no hay mujeres frígidas. “No hay mujeres frígidas…hay hombres ineptos” . Y tras la afirmación el aplauso y la risa a mandíbula batiente, que no se sabe si es de agrado, sorpresa o vergüenza colectiva.
Al final de la comedia, el público, de pie para tribunal un aplauso al director y los talentos actuantes. |
La conclusión es simple y terrible: Todos tenemos problemas sexuales.
A veces, nos cuesta admitirlo.
La pieza que protagoniza Edilí, es mucho más que una comedia para pasar el rato. Basada en el texto Hagamos el Sexo en Paz, la pieza es un compendio actualizado de sexualidad para parejas fieles, que revoluciona muchos de los criterios que tenemos como verdades absolutas. No sin cierta razón, el montaje es apadrinado por el Consejo Presidencial del Sida, cuyo director, el doctor Gustavo Rojas Lara, estuvo presente en la función de gala.
Edilí comienza preguntando si en el público había alguien que no tuviera problemas sexuales. Un señor levantó la mano. Ella lo miró, pidió un aplauso por su valor y por…”jabladorazo”. Es que nos cuesta admitir que tenemos todos problemas en ese nivel.
Sin embargo, donde el impacto de la cruel verdad es total, es cuando desde el texto, la “conferencista y terapeuta sexual” Edilí, revela que la frigidez no existe. Que es un invento. Que no hay mujeres frígidas. “No hay mujeres frígidas…hay hombres ineptos” . Y tras la afirmación el aplauso y la risa a mandíbula batiente, que no se sabe si es de agrado, sorpresa o vergüenza colectiva.
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