Aunque en el planeta se habla más de seis mil idiomas y dialectos, la realidad es que sólo el inglés, ruso, mandarín, hindú y español son relevantes; unos por razones económicas y otros por la densidad poblacional
De las 6,000 lenguas que hablan los 7,000 millones de habitantes de la Tierra, sólo cinco son dominantes, al emplearlas más de la mitad de la población mundial: inglés, ruso, mandarín, hindú y español.
Estas, junto con otras cien, las utilizan el 95% de los hablantes. Del restante 5%, un tercio ve su lengua en peligro de extinción, lo cual significa una pérdida cultural irremediable para la humanidad.
Con el propósito de estudiar cómo se lleva a cabo el predominio de unas cuantas lenguas sobre la mayoría, el investigador y divulgador de la ciencia José Mira Pérez y su equipo de la Universidad de Santiago de Compostela, España, desarrollaron un modelo matemático que les ha permitido analizar la competencia de dos lenguas por la preferencia de los hablantes, los cuales eligen entre ellas en función de las ventajas sociales y económicas que les ofrecen, así como por la facilidad para cambiar de una a otra.
En la competencia entre dos lenguas, la menos dominantes siempre termina por extinguirse, así lo muestran los casos del gaélico con respecto al inglés, en Reino Unido y del español con respecto al quechua, en los Andes, por ejemplo.
Sin embargo, el propio Mira reconoce las limitaciones de su modelo, como el hecho de que no identifica a los habitantes bilingües, quienes constituyen una fuerza para preservar ambas lenguas, como en el caso del gallego y el castellano, en el noreste de España.
El especialista ve en el factor bilingüe la esperanza de que dos lenguas en competencia se den una tregua para así coevolucionar y coexistir de manera estable durante largo tiempo, sin que alguna de ellas muera.
El rescate
Pero si se trata de resucitar lenguas extintas, debemos echar un vistazo a una propuesta para recuperar aquellas de civilizaciones perdidas.
Mediante un nuevo sistema informático se pudo traducir –en sólo unas horas- parte de la antigua lengua semítica ugarítica (1400 a.c.), una de las primeras cuyo método de escritura tenía orden alfabético.
Desarrollado por investigadores del Instituto Tecnológico de Massachussets, el sistema también podría representar un gran avance para la traducción de otros idiomas en línea; funciona “imitando” la lógica que una persona debe usar al momento de traducir o interpretar un texto, punto débil de los traductores en internet convencionales.
Para lograrlo, el software partió de varios principios. El primero fue que ciertas lenguas están relacionadas entre sí.
En el caso del ugarítico, los investigadores escogieron el hebreo.
El segundo fue encontrar un sistema que permitiera hacer analogías entre las letras y símbolos de correlación de estos alfabetos.
Otro punto fue que los idiomas usualmente tienen palabras de raíces comunes, es decir cognados, como por ejemplo homme (francés) hombre (español).
De manera similar, el sistema usa un método para prefijos y sufijos. Al medir los resultados se tradujeron correctamente 29 letras del alfabeto ugarítico, que consta de 30, al hebreo.
Se descubrió que un tercio de las palabras en hebreo tienen cognados ugaríticos, de los que el sistema logró identificar de forma correcta 60%.
“De los incorrectos, con frecuencia se pueden corregir por una sola letra, así que son muy buenas conjeturas”, comenta Zinder. El equipo de investigadores presentará en Suecia el reporte de esta investigación, durante la Reunión Anual de la Asociación de Lingüística Computacional.
Tomado de revista Muy Interesante México (Año XVII
No.8).
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| Razones comerciales y económicas han convertido al inglés en el idioma por excelencia. |
Estas, junto con otras cien, las utilizan el 95% de los hablantes. Del restante 5%, un tercio ve su lengua en peligro de extinción, lo cual significa una pérdida cultural irremediable para la humanidad.
Con el propósito de estudiar cómo se lleva a cabo el predominio de unas cuantas lenguas sobre la mayoría, el investigador y divulgador de la ciencia José Mira Pérez y su equipo de la Universidad de Santiago de Compostela, España, desarrollaron un modelo matemático que les ha permitido analizar la competencia de dos lenguas por la preferencia de los hablantes, los cuales eligen entre ellas en función de las ventajas sociales y económicas que les ofrecen, así como por la facilidad para cambiar de una a otra.
En la competencia entre dos lenguas, la menos dominantes siempre termina por extinguirse, así lo muestran los casos del gaélico con respecto al inglés, en Reino Unido y del español con respecto al quechua, en los Andes, por ejemplo.
Sin embargo, el propio Mira reconoce las limitaciones de su modelo, como el hecho de que no identifica a los habitantes bilingües, quienes constituyen una fuerza para preservar ambas lenguas, como en el caso del gallego y el castellano, en el noreste de España.
El especialista ve en el factor bilingüe la esperanza de que dos lenguas en competencia se den una tregua para así coevolucionar y coexistir de manera estable durante largo tiempo, sin que alguna de ellas muera.
El rescate
Pero si se trata de resucitar lenguas extintas, debemos echar un vistazo a una propuesta para recuperar aquellas de civilizaciones perdidas.
Mediante un nuevo sistema informático se pudo traducir –en sólo unas horas- parte de la antigua lengua semítica ugarítica (1400 a.c.), una de las primeras cuyo método de escritura tenía orden alfabético.
Desarrollado por investigadores del Instituto Tecnológico de Massachussets, el sistema también podría representar un gran avance para la traducción de otros idiomas en línea; funciona “imitando” la lógica que una persona debe usar al momento de traducir o interpretar un texto, punto débil de los traductores en internet convencionales.
Para lograrlo, el software partió de varios principios. El primero fue que ciertas lenguas están relacionadas entre sí.
En el caso del ugarítico, los investigadores escogieron el hebreo.
El segundo fue encontrar un sistema que permitiera hacer analogías entre las letras y símbolos de correlación de estos alfabetos.
Otro punto fue que los idiomas usualmente tienen palabras de raíces comunes, es decir cognados, como por ejemplo homme (francés) hombre (español).
De manera similar, el sistema usa un método para prefijos y sufijos. Al medir los resultados se tradujeron correctamente 29 letras del alfabeto ugarítico, que consta de 30, al hebreo.
Se descubrió que un tercio de las palabras en hebreo tienen cognados ugaríticos, de los que el sistema logró identificar de forma correcta 60%.
“De los incorrectos, con frecuencia se pueden corregir por una sola letra, así que son muy buenas conjeturas”, comenta Zinder. El equipo de investigadores presentará en Suecia el reporte de esta investigación, durante la Reunión Anual de la Asociación de Lingüística Computacional.
Tomado de revista Muy Interesante México (Año XVII
No.8).
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