CUATRO DECADAS DEL NACIMIENTO DE LA BANDA

Al grupo paramilitar se le atribuye la comisión de varios crímenes contra opositores al gobierno del entonces presidente Joaquín Balaguer


Escrito por: Chichí De Jesús Reyes
(Chichidejesus46@hotmail.com)


En los barrios los bandoleros actuaban
con la protección de la Policía.




En enero de 1971 el presidente Joaquín Balaguer designó al general Enrique Pérez y Pérez jefe de la Policía Nacional y meses después surgió un grupo terrorista que se identificó popularmente como “La Banda”. En los inicios su radio de acción se concentró en los barrios Villa María, Villa Juana y Villa Consuelo, de la Capital.

La primera acción de estos vándalos se registró el Viernes Santo de 1971, que cayó en abril, hace ahora 40 años, cuando asaltaron la Iglesia Sagrado Corazón de Jesús, de Villa Juana, fechoría que mereció el rechazo unánime de la población.

Los integrantes del grupo eran jóvenes “revoltosos” de esos sectores que cuando la Policía no los tenía retenidos los andaba buscando.

La Policía los identificaba como “cabezas calientes” o como miembros o simpatizantes de organizaciones de izquierda, principalmente del Partido Comunista de la República Dominicana (Pacoredo), de tendencia maoísta.

Los jóvenes que antes eran “peligrosos” para los agentes policiales y los servicios de inteligencia recorrían los barrios donde habían nacido y crecido haciendo movimientos provocativos y portando armas de fuego en forma ostentosa y cometiendo acciones vandálicas en las cuales, la mayoría de las veces, eran auxiliados por agentes policiales.

La reacción de las organizaciones políticas y sociales y los medios de comunicación no se hizo esperar tan pronto se divulgó la noticia de que la Policía reclutaba jóvenes “cabezas calientes” o “revoltosos” para que persiguieran a sus compañeros de la izquierda.

Cuando las atrocidades del grupo alcanzaron repercusión internacional los patrocinadores o promotores trataron de ocultar su existencia con la formación de un movimiento llamado Juventud Democrática Anticomunista Reformista, pero el pueblo siguió identificando a los fascinerosos como “La Banda”

Los vándalos recibieron revólveres, pistolas y armas de alto calibre para que materializaran sus fechorías en barrios, planteles escolares, sindicados y en locales de organizaciones contrarias al gobierno. Además, disponía de una flotilla de vehículos con placas oficiales, que posteriormente fueron cambiadas por chapas privadas ante las insistentes denuncias de los medios de comunicación. Además, portaban identificaciones que los acreditaba como “buenos amigos de la Policia y las FF.AA”

Como jefe militar de La Banda los medios señalaron al teniente de la Policía Oscar Nuñez Peña, que con frecuencia recorría los barrios capitalinos observando las operaciones del grupo. Meses después el oficial se suicidó de un disparo a la cabeza.

Las acciones delictivas del grupo comenzaron a disminuir luego de que tratara de extender sus operaciones a San Cristóbal, donde el comandante Manuel Lachapelle Suero, coronel del Ejército, los apresó a y los hizo trasladar a Santo Domingo.

Este general sería luego jefe del Ejército y de la dirección de Drogas.

El presidente Balaguer siempre evadió la responsabilidad del gobierno en los actos criminales de La Banda y los atribuyó a “sectores incontrolables del oficialismo y a la sublevación de núcleos de la izquierda”.

El fin de La Banda

El grupo paramilitar fue desarticulado por el jefe policial Neit Nivar Seijas, tras un conflicto interno con el  general Enrique Pérez y Pérez. El presidente Balaguer autorizó desmantelar el grupo.

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Editor Gazcue es Arte

Master en Educación Superior mención Docencia, Licenciado en Comunicación Social, Técnico Superior en Bibliotecología y Diplomado en Ciencias Políticas, Columnista del periodico El Nuevo Diario

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