Inspiraron antiguas mitologías, como la de Rómulo y Remo, los hermanos fundadores de Roma que fueron criados por una loba. Del mismo modo que el personaje de Tarzán está inspirado en un caso real de un niño criado por simios. Existen dos modelos: aquellos niños que deben sobrevivir por sí mismos y aquellos que realmente parecen haber sido criados por animales.
La posibilidad de esta educación animal fue rebatida por mucho tiempo por los escépticos, hasta el caso de los niños-lobos de Midnapore, de la India, en 1920, que aportó una prueba convincente a estos casos anómalos de niños-bestia. La historia registra 380 casos de niños lobo, todos en Europa y Asia y 28 de otros animales.
En 1937 se relató el descubrimiento de una niña, en un asilo de locos en Turquía, que parece haber pasado ocho años viviendo con una familia de osos antes de ser capturada por un cazador. A su llegada al asilo, la niña se comportó exactamente igual a sus padres adoptivos, cosa que fue corroborada cuando los médicos le presentaron la foto de un oso, a la cual se aferró con inusitada pasión.
En 1971, aparece el relato de los encuentros con un niño-gacela que se desplazaba a saltos y era aceptado por esos animales en el Sahara español. Hecho que fue confirmado por el antropólogo francés Jean- Claude Armen, que vio al extraño pequeño lamer la frente de las gacelas como signo do reconocimiento.
En 1833 se describe a una muchacha-cerda, que había sido criada por una porqueriza. Una de sus piernas estaba muy deformada, gruñía como un cerdo para expresarse, y le costaba desplazarse como un ser humano. Tan terrible como ése resultó la historia de una pequeña portuguesa de nueve años que fue descubierta en 1980, viviendo en un gallinero, donde su madre la encerró desde su nacimiento, manifestado las mismas reacciones que las gallinas.
El primer niño-lobo clínicamente documentado fue descubierto por unos cazadores, se desplazaba exclusivamente en cuatro patas y sólo gruñía. Al no soportar su nueva vida murió rápidamente, sin nunca articular una palabra ¿Creíble o no creíble?
La posibilidad de esta educación animal fue rebatida por mucho tiempo por los escépticos, hasta el caso de los niños-lobos de Midnapore, de la India, en 1920, que aportó una prueba convincente a estos casos anómalos de niños-bestia. La historia registra 380 casos de niños lobo, todos en Europa y Asia y 28 de otros animales.
En 1937 se relató el descubrimiento de una niña, en un asilo de locos en Turquía, que parece haber pasado ocho años viviendo con una familia de osos antes de ser capturada por un cazador. A su llegada al asilo, la niña se comportó exactamente igual a sus padres adoptivos, cosa que fue corroborada cuando los médicos le presentaron la foto de un oso, a la cual se aferró con inusitada pasión.
En 1971, aparece el relato de los encuentros con un niño-gacela que se desplazaba a saltos y era aceptado por esos animales en el Sahara español. Hecho que fue confirmado por el antropólogo francés Jean- Claude Armen, que vio al extraño pequeño lamer la frente de las gacelas como signo do reconocimiento.
En 1833 se describe a una muchacha-cerda, que había sido criada por una porqueriza. Una de sus piernas estaba muy deformada, gruñía como un cerdo para expresarse, y le costaba desplazarse como un ser humano. Tan terrible como ése resultó la historia de una pequeña portuguesa de nueve años que fue descubierta en 1980, viviendo en un gallinero, donde su madre la encerró desde su nacimiento, manifestado las mismas reacciones que las gallinas.
El primer niño-lobo clínicamente documentado fue descubierto por unos cazadores, se desplazaba exclusivamente en cuatro patas y sólo gruñía. Al no soportar su nueva vida murió rápidamente, sin nunca articular una palabra ¿Creíble o no creíble?
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