Escrito por: Américo Celado S
(Américo.celado@gmail.com)
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En esta entrega no pretendo hacer alarde de erudición en materia de baloncesto ni dar cátedras con la muestra de numeritos para comparar jugadores, no para nada.
Pero luego de ver la pobre actuación hasta el momento de LeBron James en la serie final de la NBA que disputan los Dallas Mavericks y los Heat de Miami, no puedo más que añorar y confirmar la grandeza y la determinación que siempre mostró en los momentos de apremio el inmortal Michael Jeffrey Jordan.
Caramba! y que mal le habrá hecho Jordan o que le habrá negado a Scottie Pippen, de grata recordación entre los seguidores del mejor baloncesto del mundo por ser la pareja gloriosa del número 23 durante la dinastía de los Bulls de Chicago, que tuvo el atrevimiento y la osadía de afirmar que ya Lebrón está en camino de superarlo.
Lo que ha sucedido hasta el momento en esta serie final es totalmente lo contrario, un James corriéndole a la responsabilidad de hacer ofensiva, negándosele al protagonismo y de repente asumiendo el rol insólito de armador, nadie hace más asistencia que el jugador llamado a llevar la voz cantante en el ataque de los Heat.
Lo que llevó a Larry Bird, el Rubio de Oro de los Celtics de Boston, lo definiera como “Dios vestido de basketbolista” fue su determinación a la hora de definir partidos en los momentos de presión, siempre disponible y buscando la pelota para aceptar su rol, ya fuera de Héroe o de Villano, pero lo asumió siempre.
Ante tan sorpresiva actitud reiterada de juego del señor LeBron en la final, Dwyane Wade ha tenido que cargar sobre sus hombros el ataque de Miami
y confirmar que realmente es y pertenece a la élite de las auténticas súper estrellas del juego, actuando con determinación y mostrando grandeza en cada
una de sus ejecutorias.
LeBrón podrá superar a Jordan en total de puntos, las proyecciones van en esa dirección, pero en grandeza, inteligencia y calidad de juego por el dominio y ejecución de los fundamentos de juego que mezcló con sus incomparables habilidades atléticas, jamás.
Yo concluyo que, desde mi óptica, no solamente Jordan fue mejor y más determinante en el “Clutch” que mister James, sino que también lo fueron Bird, Charles Barkley, Earving -Magic- Johnson, Kareem Abdul-Jabbar, Isiah Thomas, Kobe Bryant, Shaquille O'neal, Karl Malone y actualmente Dirk Nowitzki, el alemán que en esta final despeja cualquier tipo de dudas sobre su condición de súper estrella, y mandando a la escuelita a la estrella de Miami.
Pero luego de ver la pobre actuación hasta el momento de LeBron James en la serie final de la NBA que disputan los Dallas Mavericks y los Heat de Miami, no puedo más que añorar y confirmar la grandeza y la determinación que siempre mostró en los momentos de apremio el inmortal Michael Jeffrey Jordan.
Caramba! y que mal le habrá hecho Jordan o que le habrá negado a Scottie Pippen, de grata recordación entre los seguidores del mejor baloncesto del mundo por ser la pareja gloriosa del número 23 durante la dinastía de los Bulls de Chicago, que tuvo el atrevimiento y la osadía de afirmar que ya Lebrón está en camino de superarlo.
Lo que ha sucedido hasta el momento en esta serie final es totalmente lo contrario, un James corriéndole a la responsabilidad de hacer ofensiva, negándosele al protagonismo y de repente asumiendo el rol insólito de armador, nadie hace más asistencia que el jugador llamado a llevar la voz cantante en el ataque de los Heat.
Lo que llevó a Larry Bird, el Rubio de Oro de los Celtics de Boston, lo definiera como “Dios vestido de basketbolista” fue su determinación a la hora de definir partidos en los momentos de presión, siempre disponible y buscando la pelota para aceptar su rol, ya fuera de Héroe o de Villano, pero lo asumió siempre.
Ante tan sorpresiva actitud reiterada de juego del señor LeBron en la final, Dwyane Wade ha tenido que cargar sobre sus hombros el ataque de Miami
y confirmar que realmente es y pertenece a la élite de las auténticas súper estrellas del juego, actuando con determinación y mostrando grandeza en cada
una de sus ejecutorias.
LeBrón podrá superar a Jordan en total de puntos, las proyecciones van en esa dirección, pero en grandeza, inteligencia y calidad de juego por el dominio y ejecución de los fundamentos de juego que mezcló con sus incomparables habilidades atléticas, jamás.
Yo concluyo que, desde mi óptica, no solamente Jordan fue mejor y más determinante en el “Clutch” que mister James, sino que también lo fueron Bird, Charles Barkley, Earving -Magic- Johnson, Kareem Abdul-Jabbar, Isiah Thomas, Kobe Bryant, Shaquille O'neal, Karl Malone y actualmente Dirk Nowitzki, el alemán que en esta final despeja cualquier tipo de dudas sobre su condición de súper estrella, y mandando a la escuelita a la estrella de Miami.
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