Escrito por: César Mella
Si bien es cierto que mucha gente se pone tensa cuando tiene que gastar, otros, por el contrario, viven atentos a comprar, regalar, pagar y en fin, consumir, a veces, de forma compulsiva.
Este ser humano cada vez que gasta siente una excitación inicial y de inmediato una suerte de angustia.
Al momento de pagar tiene la sensación íntima de que días después se arrepentirá y que al cabo de un tiempo, lo comprado lo tira en cualquier lugar de la casa.
Le es difícil planificar a largo plazo pues desde que le cae un chele en la mano algo le tienta para gastar.
El hecho de gastar le genera poder y quizás es un contrapeso a sus inseguridades.
Es tan grave la situación que él no maneja el dinero, sino que el dinero lo maneja a él.
Vive agobiado de deudas y de objetos que ya no le interesan.
Lo grave es que no tiene conciencia de enfermedad pues considera que ser gastador "no ofende a nadie"..."Yo lo que gasto son mis cuartazos", afirma con cierto dejo de orgullo y autosuficiencia.
En el campo de la conducta humana, las damas depresivas, los hipomaniacos y los compulsivos son personas que están en el terreno de un buen psiquiatra.
¿Qué debe hacer este ser humano?
Cerrar la tubería.
Buscar a un buen contable y entregarse. Devolver tarjetas de crédito y de débito y no manejar efectivo.
Si va a un resort, que sea uno "todo incluido" para evitar tentaciones.
Debe designar un tutor económico, que puede ser su pareja que concentre y administre los recursos y no ceda ante las peticiones del consumidor excesivo. Son personas inteligentes y seductoras.
Hay que contactar a todos sus amigos y proveedores para que no le presten "ni un centavo".
Como cualquier adicto, los primeros días sin consumos sentirá una fuerte abstinencia. Alejarse de los lugares en donde usted suele comprar y no acepte nada que le ofrezcan "a crédito y sin inicial"...
Lleve un registro de sus gastos anotados día a día en un programa que se llama Excel, en la computadora y felicítese cada semana por el dinero ahorrado.
Las recaídas son frecuentes y el tutor económico debe dar pequeñas sumas de dinero para probarlo. Estos seres humanos son inteligentes, seductores, mienten y manipulan.
Si el gastador fuma, bebe, es jugador o es portador de una condición psiquiátrica como las depresiones o el trastorno bipolar, el pronóstico es malo, las recaídas son la regla y la intervención del psiquiatra: imprescindible.
Este ser humano cada vez que gasta siente una excitación inicial y de inmediato una suerte de angustia.
Al momento de pagar tiene la sensación íntima de que días después se arrepentirá y que al cabo de un tiempo, lo comprado lo tira en cualquier lugar de la casa.
Le es difícil planificar a largo plazo pues desde que le cae un chele en la mano algo le tienta para gastar.
El hecho de gastar le genera poder y quizás es un contrapeso a sus inseguridades.
Es tan grave la situación que él no maneja el dinero, sino que el dinero lo maneja a él.
Vive agobiado de deudas y de objetos que ya no le interesan.
Lo grave es que no tiene conciencia de enfermedad pues considera que ser gastador "no ofende a nadie"..."Yo lo que gasto son mis cuartazos", afirma con cierto dejo de orgullo y autosuficiencia.
En el campo de la conducta humana, las damas depresivas, los hipomaniacos y los compulsivos son personas que están en el terreno de un buen psiquiatra.
¿Qué debe hacer este ser humano?
Cerrar la tubería.
Buscar a un buen contable y entregarse. Devolver tarjetas de crédito y de débito y no manejar efectivo.
Si va a un resort, que sea uno "todo incluido" para evitar tentaciones.
Debe designar un tutor económico, que puede ser su pareja que concentre y administre los recursos y no ceda ante las peticiones del consumidor excesivo. Son personas inteligentes y seductoras.
Hay que contactar a todos sus amigos y proveedores para que no le presten "ni un centavo".
Como cualquier adicto, los primeros días sin consumos sentirá una fuerte abstinencia. Alejarse de los lugares en donde usted suele comprar y no acepte nada que le ofrezcan "a crédito y sin inicial"...
Lleve un registro de sus gastos anotados día a día en un programa que se llama Excel, en la computadora y felicítese cada semana por el dinero ahorrado.
Las recaídas son frecuentes y el tutor económico debe dar pequeñas sumas de dinero para probarlo. Estos seres humanos son inteligentes, seductores, mienten y manipulan.
Si el gastador fuma, bebe, es jugador o es portador de una condición psiquiátrica como las depresiones o el trastorno bipolar, el pronóstico es malo, las recaídas son la regla y la intervención del psiquiatra: imprescindible.
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