Escrito por: Hugo López Morrobel
(hugolopezmorrobel.@gmail.com)
Uno de los graves inconvenientes que históricamente ha arrastrado una considerable cantidad de atletas dominicanos, en especial peloteros, es la falta de adaptabilidad.
Ello, definitivamente, ha sido clave del fracaso de hombres con todas las herramientas para convertirse en estelares.
Para muchos estudiosos de la conducta humana, la escasa educación escolar, pero en especial la hogareña, son las principales variables que influyen en esa inadaptabilidad que exhiben en los ambientes en que se desenvuelven.
En ese sentido, llama poderosamente la atención el caso de Hanley Ramírez, quien con su poderoso bate constituye un factor de primer orden en la ofensiva de los Marlins. Pero la creencia de verse como “imprescindible’’ lo ha convertido en prepotente y holgazán y, por ende, en una seria preocupación para los directivos y sus propios compañeros.
Esa prepotencia que se le endilga, viene después de obtener un contrato de 70 millones de dólares por seis años. Es más, su conducta ya está siendo comparada con la de su compatriota Manny Ramírez, quien se retiró con muy baja estima de los fanáticos y compañeros.
De no someterse a las reglas del juego, es muy probable que en un futuro no lejano sufra serias consecuencias.
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