EILYN BELTRAN |
Lo cierto es, que gran parte de estas medidas, como son: el impuesto a las empresas, el impuesto al 1% de los activos bancarios y el Impuesto a las Zonas Francas, impactan de manera directa a uno de los sectores mayoritarios de la población: la juventud.
Según lo establecido en el artículo 10 de la ley, se establece un incremento de un 25% a un 29% del Impuesto Sobre la Renta (ISR), lo que sin lugar a dudas incrementará los costos operativos de las empresas, trayendo como consecuencia el aumento de los precios para poder compensar la carga tributaria, la no contratación de personal y la reducción de la nómina en busca de disminuir costos, aumentando sin lugar a dudas el nivel de desempleo e incrementando las adversidades de los jóvenes que recientemente intentan ingresar al mercado laboral.
El artículo 11, establece un impuesto de 2.5% a las ventas de las zonas francas en el mercado local, agravando la situación de un sector que ya venía decreciendo desde hace varios años y de reconocida importancia para empleo juvenil.
Por otro lado, el artículo 12 de la ley, establece un impuesto de un 1% a los activos financieros productivos, esto es, a todos los préstamos otorgados por la banca privada, lo que hace presumir un aumento de las tasas de interés de los préstamos de manera proporcional. Esto sumado a la política restrictiva que se ha venido implementando en el primer semestre de este año, y que desde ya ha generado incrementos de de las tasas de interés, elemento que afecta el presupuesto de una gran cantidad de jóvenes dominicanos; incremento que a decir de reconocidos economistas podría alcanzar hasta 9 puntos porcentuales en diciembre de este año.
Esto quiere decir, que una persona que en enero de este año tenía una cuota de RD$10,000.00 mensuales podría terminar pagando en diciembre del 2011, entre RD$14,000.00 y RD$15,000.00.
Este incremento en las tasas de interés afecta no solamente a los jóvenes que tienen el privilegio de acceder a préstamos hipotecarios, para vehículos y de consumo; sino también a aquellos jóvenes que la única forma que tienen para desarrollarse profesionalmente es mediante el crédito educativo.
Con esta reforma fiscal, que por demás, llega en un momento inadecuado, dado el aumento experimentado por los precios de los combustibles, los pasajes, los artículos de primera necesidad y la tarifa eléctrica para que ellos que han logrado su independencia, reduce considerablemente las posibilidades de desarrollo de los jóvenes dominicanos.
En síntesis la aprobación de la nueva reforma fiscal trae consigo más desempleo, aumento de los precios en sentido general, aumento de las tasas de interés y el incremento de la falta de oportunidades de muchos jóvenes con deseos de superarse, crecer y desarrollarse, viendo tronchadas sus esperanzas en un Estado que les da la espalda, con un modelo político y económico que luce viejo, cansado y sin oportunidades.
Ante esta situación ¿Quién podrá defendernos?
EILYN BELTRAN
Abogado. Político. Magíster en Derecho y Procedimiento Civil. Especialista en Economía. Socio - Gerente Beltrán & Taveras, Abogados.
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