ROPA PARA LOS MUERTOS

Pia Interlandi diseña prendas para vestir en el ataúd


"Vestir a un ser amado difunto es un
proceso inmensamente poderoso y,
aunque no es para todo el mundo, aliento
a las familias a participar", dice Interlandi,
quien aprendió a ser celebrante de
funerales.
Al ver modelos que parecen envueltas en nubes o cubiertas de espuma, es difícil imaginarse que Pia Interlandi diseña prendas para vestir en el ataúd.

Y al conversar con ella, es evidente que no se trata de una estrategia fría para llevar el mundo de la moda al más allá. En sus diseños están entretejidas memorias de la pérdida de familiares y de desconocidos, así como conocimientos adquiridos a través de experimentos científicos.

Su trabajo, que incorpora ideas de la muerte, los rituales y la transformación, es resultado de profunda reflexión sobre la vida y nuestro paso por ella. "Mi ropa es para personas que estén pensando en el final de la vida y en lo que valoran", explica Interlandi. Nuestra ropa, señala Interlandi, es una segunda piel con la que nos presentamos ante el mundo. Y con los muertos pasa lo mismo. "Los muertos no necesitan la ropa para lo mismo que los vivos -calor, protección, comodidad-, son los vivos los que necesitan que se vista a los muertos".

Y no sólo los deudos: quienes se decantan por los diseños de esta artista australiana cuando para cuando mueran, lo hacen en vida.  "Una persona que escoge una prenda creada específicamente para su entierro está efectivamente reconociendo el final de la vida como un evento, un momento tan importante y sagrado como el nacimiento". Y para ese momento, lo que escogen sus clientes es retornar a la tierra, aceptando la inevitabilidad biológica. "Mis prendas están diseñadas para deshacerse y promover la descomposición en vez de la preservación, así que de alguna manera le presentan el cuerpo a la tierra. El cuerpo está lleno de nutrientes, de agua, de proteína... los microorganismos no tendrán, por ejemplo, que abrirse camino comiendo poliéster. Las fibras están diseñadas para esa situación".

La ciencia de morirPara establecer cuáles eran los tejidos idoneos, Interlandi recurrió a la ciencia.
"Quería poder ver cómo estas fibras reaccionarían con el cuerpo, así que fui a Perth, a estudiar en SymbioticA, que es una institución de arte biológico, en la que emparejan a artistas y científicos para que trabajen juntos".

Interlandia le dio nombres a todos los cerditos del experimento y los bañó en romero antes de que los sacrificaran.

Allá, participó en un experimento que le permitía ver qué pasaba con sus prendas y después presentar los resultados en el contexto artístico, mientras que su compañero podía, al mismo tiempo, obtener información científica y forense.

Interlandia usa cáñamo, el filamento textil de la planta de marihuana, así como la seda, "que es una proteína que viene de un animal, pero que además es muy bella, suntuosa y añade otra cualidad a los diseños".

Para el experimento usó también poliéster, para ver si se descomponía de alguna manera, pero comprobó que no.

"Lo bueno del cáñamo es que casi no se trata y es una planta, de manera que cuando uno lo pone en la tierra, los insectos y microorganismos lo reconocen como orgánico y se lo comen rápidamente".

"Cn el algodón, si uno deja una camiseta mojada, le crece moho, y con la lana, si la deja en el armario, se la come la polilla. Lo mismo pasa con mis prendas pero debajo de la tierra. Y lo que hago es usar materiales que se descomponen a diferentes ritmos: la seda toma más tiempo. También ofrezco la posibilidad de usar bordados de poliéster, para las personas que quieran que algo quede con el esqueleto, como el nombre o un poema". No hay que temerle al cuerpoNo contenta con explorar el mundo de la ciencia, Interlandi quiso también entrar en el de las relaciones humanas en el que quizás es el momento más difícil de la vida: la muerte.también escenografía.
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Editor Gazcue es Arte

Master en Educación Superior mención Docencia, Licenciado en Comunicación Social, Técnico Superior en Bibliotecología y Diplomado en Ciencias Políticas, Columnista del periodico El Nuevo Diario

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