El principal responsable de los crímenes fue el teniente de la Policía Virgilio Antonio Alvarez Guzmán. Su abogado fue Ramón Pina Acevedo
Escrito por: José Díaz
Cuando le disparaban al “Che” Guevara, postrado e indefenso, el 9 de octubre de 1967, era imposible saber que cuatro años después un teniente de la guardia dominicana, hijo de General, transferido a la Policía Nacional haría lo mismo con cinco jóvenes a los que previamente había apresado y llevado a la oficina que para esos menesteres tenía asignada en Radio Patrulla.
Hoy se cumplen 40 años que un psicópata acompañado de cinco rasos, frustrado por no haber tenido las agallas, para enfrentar a Manuel Montes Arache, se trasladó a la zona norte de la capital, ya en la madrugada del día 9 diciendo “Esta noche no me voy en blanco. Hoy me lambo dos o tres.”, y apresó a cinco muchachos de entre 16 y 21 años que salían del velorio de un amigo en un callejón del barrio “27 de Febrero”.
Luego de torturarlos, sacó a dos de ellos como a las 3:40 de la madrugada: Rubén Darío Sandoval de 16 años y Reyes Florentino Santana de 20, haciéndose acompañar de los rasos Pascual Bonifacio Bencosme Fermín (El Chino) y Danelio Taveras Román los llevaron a la comunidad “Quita Sueño” de Haina, y a 250 metros de la Autopista Sánchez, manteniéndolos esposados le disparó a quemarropa descargando dos veces el peine de su pistola 45.
Regresaron a Radio Patrulla, a eso de las 4:30, y tomaron a Radhamés Peláez Tejeda de 21 años y Gerardo Bautista Gómez de 19 y los trasladan al kilómetro 12 y medio de la Autopista “Las Américas” donde también esposados les dispara múltiples veces.
Cerca de las 6:00 de la mañana regresan a buscar al último (El raso Román horrorizado no quiso regresar y lo sustituye Luis Felipe Balderas): Víctor Fernando Checo, de 17 años y lo acuestan en el piso del carro “Opel Admiral” del teniente y lo llevan por los lados de Villa Mella, con la idea de que al aparecer en tres lugares distantes, no los relacionarían, pero confrontan la dificultad de que a esa hora ya habían personas saliendo a la calle y regresan a la ciudad y el teniente opta por hacerle dos disparos en el mismo auto y tiran su cadáver frente al hotel “Embajador”.
El país se conmocionó, quisieron achacarle el múltiple asesinato a Ramón Pérez Martínez (Macorís) y la “Banda Colorá”.
Trataron de mil maneras de encubrir al teniente Virgilio Antonio Álvarez Guzmán y eso hace la primera comisión policial que investiga el hecho encabezada por el propio jefe policial General Enrique Pérez y Pérez, pero ante la fuerte presión nacional e internacional que el hecho desató se constituyó, tan solo siete días después de los asesinatos, una segunda comisión investigativa integrada por los coroneles José de Jesús Morillo López, Eligio Bisonó Jackson y Rafael Morel Tineo quien a la sazón era relacionista público de la Policía.
Esta comisión repitió los interrogatorios y todos los policías rasos ratificaron sus declaraciones señalando al teniente Alvarez Guzmán como el que hizo todos los disparos y cinco días después rindieron un informe donde inculpaban, aparte de los rasos ya citados, a los nombrados Domingo Agramonte, Saturnino Henríquez de la Cruz y Rafael Paulino Peralta.
Un mes después el juez de Instrucción asignado: Lic. Pedro M. Peralta, en una tarea seria y minuciosa, que le tomó más de tres meses, y en la que volvió a interrogar a testigos y acusados, emitió el 13 de marzo de 1972 la siguiente providencia calificativa.
“Resolvemos”: Primero: declarar, como el afecto declaramos, que hay indicios y presunciones graves y suficientes, para enviar al tribunal criminal, al nombrado Virgilio Antonio Valvarez Guzmán, 1er. Tte. suspendido de la P. N., como autor principal y responsable del crimen de homicidio voluntario, en perjuicio de las personas que en vida se llamaron: Victor Fernando Checo, Rubén Darío Sandoval, Reyes Florentino Santana, Radhamés Pelaez Tejeda y Geraldo Bautista Gómez.
Los acusados de complicidad fueron: Pascual Bonifacio Bencosme Fermín, Danelo Tavarez Román, Luis Felipe Valderas Fernández, Domingo Agramonte y Saturnino Henríquez de la Cruz, ( ex agentes de la PN, presos)
Enviar como al efecto enviaremos al tribunal criminal a los inculpados: ex-agentes de la P.N., (presos todos), para que sean juzgados con arreglo a la ley, por el crimen que se le imputa.
A partir de aquí el proceso se estancó, durmió el sueño de la gavetas hasta que el 24 de mayo de 1974 se dicto un “No ha lugar” a la providencia calificativa y se especificó que “No hay indicios graves de culpabilidad en contra de Virgilio Antonio Alvárez Guzmán.
Escrito por: José Díaz
Hoy se cumplen 40 años que un psicópata acompañado de cinco rasos, frustrado por no haber tenido las agallas, para enfrentar a Manuel Montes Arache, se trasladó a la zona norte de la capital, ya en la madrugada del día 9 diciendo “Esta noche no me voy en blanco. Hoy me lambo dos o tres.”, y apresó a cinco muchachos de entre 16 y 21 años que salían del velorio de un amigo en un callejón del barrio “27 de Febrero”.
Luego de torturarlos, sacó a dos de ellos como a las 3:40 de la madrugada: Rubén Darío Sandoval de 16 años y Reyes Florentino Santana de 20, haciéndose acompañar de los rasos Pascual Bonifacio Bencosme Fermín (El Chino) y Danelio Taveras Román los llevaron a la comunidad “Quita Sueño” de Haina, y a 250 metros de la Autopista Sánchez, manteniéndolos esposados le disparó a quemarropa descargando dos veces el peine de su pistola 45.
Regresaron a Radio Patrulla, a eso de las 4:30, y tomaron a Radhamés Peláez Tejeda de 21 años y Gerardo Bautista Gómez de 19 y los trasladan al kilómetro 12 y medio de la Autopista “Las Américas” donde también esposados les dispara múltiples veces.
Cerca de las 6:00 de la mañana regresan a buscar al último (El raso Román horrorizado no quiso regresar y lo sustituye Luis Felipe Balderas): Víctor Fernando Checo, de 17 años y lo acuestan en el piso del carro “Opel Admiral” del teniente y lo llevan por los lados de Villa Mella, con la idea de que al aparecer en tres lugares distantes, no los relacionarían, pero confrontan la dificultad de que a esa hora ya habían personas saliendo a la calle y regresan a la ciudad y el teniente opta por hacerle dos disparos en el mismo auto y tiran su cadáver frente al hotel “Embajador”.
El país se conmocionó, quisieron achacarle el múltiple asesinato a Ramón Pérez Martínez (Macorís) y la “Banda Colorá”.
Trataron de mil maneras de encubrir al teniente Virgilio Antonio Álvarez Guzmán y eso hace la primera comisión policial que investiga el hecho encabezada por el propio jefe policial General Enrique Pérez y Pérez, pero ante la fuerte presión nacional e internacional que el hecho desató se constituyó, tan solo siete días después de los asesinatos, una segunda comisión investigativa integrada por los coroneles José de Jesús Morillo López, Eligio Bisonó Jackson y Rafael Morel Tineo quien a la sazón era relacionista público de la Policía.
Esta comisión repitió los interrogatorios y todos los policías rasos ratificaron sus declaraciones señalando al teniente Alvarez Guzmán como el que hizo todos los disparos y cinco días después rindieron un informe donde inculpaban, aparte de los rasos ya citados, a los nombrados Domingo Agramonte, Saturnino Henríquez de la Cruz y Rafael Paulino Peralta.
Un mes después el juez de Instrucción asignado: Lic. Pedro M. Peralta, en una tarea seria y minuciosa, que le tomó más de tres meses, y en la que volvió a interrogar a testigos y acusados, emitió el 13 de marzo de 1972 la siguiente providencia calificativa.
“Resolvemos”: Primero: declarar, como el afecto declaramos, que hay indicios y presunciones graves y suficientes, para enviar al tribunal criminal, al nombrado Virgilio Antonio Valvarez Guzmán, 1er. Tte. suspendido de la P. N., como autor principal y responsable del crimen de homicidio voluntario, en perjuicio de las personas que en vida se llamaron: Victor Fernando Checo, Rubén Darío Sandoval, Reyes Florentino Santana, Radhamés Pelaez Tejeda y Geraldo Bautista Gómez.
Los acusados de complicidad fueron: Pascual Bonifacio Bencosme Fermín, Danelo Tavarez Román, Luis Felipe Valderas Fernández, Domingo Agramonte y Saturnino Henríquez de la Cruz, ( ex agentes de la PN, presos)
Enviar como al efecto enviaremos al tribunal criminal a los inculpados: ex-agentes de la P.N., (presos todos), para que sean juzgados con arreglo a la ley, por el crimen que se le imputa.
A partir de aquí el proceso se estancó, durmió el sueño de la gavetas hasta que el 24 de mayo de 1974 se dicto un “No ha lugar” a la providencia calificativa y se especificó que “No hay indicios graves de culpabilidad en contra de Virgilio Antonio Alvárez Guzmán.
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