Un policía celoso de su pareja que lo había dejado hacía cuatro años, la sorprendió en la calle y con una jeringa le inyectó sangre con VIH
Un policía celoso de su pareja y despechado porque lo había abandonado hacía cuatro años, la sorprendió en plena calle, con una jeringa en mano y le inyectó sangre, la que al ser analizada se comprobó que estaba contaminada con el virus de la inmunodeficiencia humana (VIH).
El agente de la Policía Nacional Virgilio Mejía, al momento atacar a su expareja, le hizo saber “que ya se la había pagado”.
La mujer, de 34 años de edad, es empleada privada. Se dedica a la formación de jóvenes. Procreó con su agresor dos hijos, que ahora tienen 14 y 15 años de edad.
La Unidad de Violencia contra la Mujer de la Fiscalía del Distrito Nacional acusa al imputado de mantener a su expareja durante tres años en una constante violencia sicológica y verbal.
El expediente que conocen los jueces del Tercer Tribunal Colegiado del Distrito Nacional indica que el imputado acechaba, persiguía, acosaba y amenazaba de muerte a su expareja, hasta que en agosto del año pasado la atrapó cuando se dirigía a su trabajo y le inyectó una sustancia que llevaba en una jeringa. El hombre sujetó a la víctima por el cuello hasta lograr inyectarla.
Desde ese momento, mantenía a la víctima asustada, diciéndole “que la había infectado de sida”.
Según la acusación, no conforme con la acción, el policía acudió al lugar donde trabaja la mujer, para entregarle un frasco de sangre a una compañera, a la que le dijo que le transmitió el virus a su expareja.
La amiga estaba embarazada y se desmayó.
En el informe de la evaluación psicológica, la víctima narró que su ex marido le puso una llave por la espalda, para poder clavarle la aguja en un brazo.
La llamaba para decirle, en tono de burla, “no es tan malo vivir con sida”. La sangre dio positivo al virus al ser verificada en el Instituto Nacional de Ciencias Forenses (INACIF). Virgilio se presentaba a la residencia de la víctima, en la que le hacía escándalo y amenazaba con matarse él. Ahora enfrenta cargos por violación al artículo 309 del Código Penal Dominicano y ejercer violencia de género, sancionado por la Ley 24-97.
El agente de la Policía Nacional Virgilio Mejía, al momento atacar a su expareja, le hizo saber “que ya se la había pagado”.
La mujer, de 34 años de edad, es empleada privada. Se dedica a la formación de jóvenes. Procreó con su agresor dos hijos, que ahora tienen 14 y 15 años de edad.
La Unidad de Violencia contra la Mujer de la Fiscalía del Distrito Nacional acusa al imputado de mantener a su expareja durante tres años en una constante violencia sicológica y verbal.
El expediente que conocen los jueces del Tercer Tribunal Colegiado del Distrito Nacional indica que el imputado acechaba, persiguía, acosaba y amenazaba de muerte a su expareja, hasta que en agosto del año pasado la atrapó cuando se dirigía a su trabajo y le inyectó una sustancia que llevaba en una jeringa. El hombre sujetó a la víctima por el cuello hasta lograr inyectarla.
Desde ese momento, mantenía a la víctima asustada, diciéndole “que la había infectado de sida”.
Según la acusación, no conforme con la acción, el policía acudió al lugar donde trabaja la mujer, para entregarle un frasco de sangre a una compañera, a la que le dijo que le transmitió el virus a su expareja.
La amiga estaba embarazada y se desmayó.
En el informe de la evaluación psicológica, la víctima narró que su ex marido le puso una llave por la espalda, para poder clavarle la aguja en un brazo.
La llamaba para decirle, en tono de burla, “no es tan malo vivir con sida”. La sangre dio positivo al virus al ser verificada en el Instituto Nacional de Ciencias Forenses (INACIF). Virgilio se presentaba a la residencia de la víctima, en la que le hacía escándalo y amenazaba con matarse él. Ahora enfrenta cargos por violación al artículo 309 del Código Penal Dominicano y ejercer violencia de género, sancionado por la Ley 24-97.
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