No debemos hacer rutinario un procedimiento que conlleva riesgos
Escrito por: JESÚS FERIS IGLESIAS
(jesusferisiglesias@yahoo.es)
Escrito por: JESÚS FERIS IGLESIAS
(jesusferisiglesias@yahoo.es)
Durante el sexto Congreso Internacional de Urología celebrado en el país la semana pasada, los urólogos de diferentes partes, principalmente de los Estados Unidos, estuvieron presentando datos de que la circuncisión en los hombres puede ayudar a evitar la infección por el virus de la inmunodeficiencia humana –VIH- lo cual es interesante. Sin embargo, el tema de circuncidar o no a los hombres traerá sin lugar a dudas mucha discusión científica y de otras índoles.
Allá por los años cincuenta del siglo pasado, se puso de moda en los Estados Unidos circuncidar a los varones al nacimiento y se alegaba que la circuncisión prevenía el cáncer del pene y de la vagina. Sin embargo, los países europeos, en su mayoría católicos de religión, decían que no circuncidaban rutinariamente a los varones y luego de múltiples estudios de prevalencia de cáncer en el pene y vagina en Europa en relación a los Estados Unidos, no se demostró diferencia significativa a favor de la circuncisión. Lo que sí se demostró fue que el no aseo del pene, era lo que favorecía la aparición del cáncer.
Los europeos decían en aquel entonces, que la circuncisión en los Estados Unidos de forma rutinaria se debía a que la medicina estaba controlada por los judíos, en cuya religión es un deber la circuncisión. Pero, que si se estimaba el ahorro en dinero del procedimiento rutinario innecesario, era significativo y que, además, se evitaba los errores que pueden ocurrir en un proceso quirúrgico agresivo. Claro, muchos obstetras, pediatras y cirujanos, no objetaban ni objetan el procedimiento de circuncidar, porque en la práctica privada cobran por realizarla, y es un dinero extra que ganan.
En esta ocasión, comienzan nuevamente algunos estudios a demostrar que la circuncisión es favorable para evitar la infección por el VIH, cosa que no dudamos inicialmente, pero se necesitarán más estudios comparativos en otros países y en diferentes clases sociales, para que definitivamente pueda ser aceptado. Los estudios que he tenido acceso, lo han realizado solamente en grupos socio-económicos muy bajos y deberían ser realizados en la generalidad del universo para tener mejores conclusiones.
Los que están en contra de la circuncisión rutinaria señalan que la Naturaleza o Dios para los creyentes, hace que nadie, sobre todo los hombres, nazcan con nada de más o de menos. Y que el prepucio ofrece las siguientes ventajas: el niño al nacer no controla la vejiga hasta la edad de los 12 a 18 meses, y por lo tanto, le sirve de protección al glande contra la irritación que el pañal ocasiona la mayoría de veces, al estar mojado, y esta irritación provoca estrechez del meato. El glande cubierto es más sensible para el acto sexual, aunque los circuncidados no dejan de practicar el sexo por este motivo.
En caso de anomalía congénita en la salida del meato, -hiper o hipospadia- el prepucio sirve para su corrección quirúrgica. En caso de accidentes de motor, los cuales son cada vez más frecuentes, el tejido prepucial sirve para los injertos de piel por su gran vascularización. En fin, ¿por qué quitar algo que podría servir en caso de necesidad?
Considero que no debemos partir a la ligera y hacer rutinario un procedimiento costoso que conlleva riesgos, sin pruebas fehacientes que puedan ser exitosas en la prevención del VIH.
Hay otros medios de prevención mucho más baratos y prácticos, como es el uso del condón. Lo que hay que hacer es mantener más permanente e intensa la promoción para que se use correctamente. Además, sigo creyendo que una religión está de por medio.
Más que religión es falta de ética, ya que se somete a los pacientes a una cirugía que además de innecesaria conlleva riesgos con el único objetivo del lucro personal.
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