En esta época navideña los dominicanos reviven muchas tradiciones. Cosas, como las teleras, los arbolitos de navidad, los juguetes de los reyes, el retorno de los ausentes, los encuentros familiares, las canastas, las fiestas en las casas, el doble sueldo, ropas nuevas y la "nochebuena" de repartidores, marcan esta época de festividades.
Pero otra tradición existe también. A partir del día de hoy, aproximadamente, todo lo que no es festivo se deja para después del día de reyes, a menos que sea absolutamente impostergable. Las reuniones de negocios se programan para enero, las consultas médicas se quedan para más adelante, cierran escuelas y universidades, muchas empresas dan vacaciones colectivas, y los plomeros, electricistas y demás proveedores de servicios personales se desaparecen.
El gobierno evita dar malas noticias. Los combustibles no suben de precio y los apagones disminuyen.
No todo el trabajo se pospone, sin embargo. Los empleados de contabilidad tienen que laborar más duro, pues deben cerrar el año fiscal que termina el 31 de diciembre, para lo cual hay que recoger facturas pendientes, calcular ajustes y efectuar registros.
Los periódicos tienen más páginas, y los publicistas, los centros de diversión, los salones de belleza, los organizadores de espectáculos y los artistas aumentan sus actividades.
Trabajan más también los empleados de los comercios, cuyos propietarios buscan hacer su agosto en diciembre, abriendo hasta más tarde.
Igual situación tienen los transportistas, por el mayor número de pasajeros y porque tienen que sufrir los retrasos causados por los taponamientos del tránsito.
Y dada la mayor cantidad de dinero en la calle, los ladrones también trabajan más.
Pero hay algunos cuyas rutinas no cambian en las pascuas. Destacan entre ellos algunos funcionarios públicos que son botellas. Esos no trabajan ni en diciembre ni en el resto del año.
De Gustavo Volmar
Pero otra tradición existe también. A partir del día de hoy, aproximadamente, todo lo que no es festivo se deja para después del día de reyes, a menos que sea absolutamente impostergable. Las reuniones de negocios se programan para enero, las consultas médicas se quedan para más adelante, cierran escuelas y universidades, muchas empresas dan vacaciones colectivas, y los plomeros, electricistas y demás proveedores de servicios personales se desaparecen.
El gobierno evita dar malas noticias. Los combustibles no suben de precio y los apagones disminuyen.
No todo el trabajo se pospone, sin embargo. Los empleados de contabilidad tienen que laborar más duro, pues deben cerrar el año fiscal que termina el 31 de diciembre, para lo cual hay que recoger facturas pendientes, calcular ajustes y efectuar registros.
Los periódicos tienen más páginas, y los publicistas, los centros de diversión, los salones de belleza, los organizadores de espectáculos y los artistas aumentan sus actividades.
Trabajan más también los empleados de los comercios, cuyos propietarios buscan hacer su agosto en diciembre, abriendo hasta más tarde.
Igual situación tienen los transportistas, por el mayor número de pasajeros y porque tienen que sufrir los retrasos causados por los taponamientos del tránsito.
Y dada la mayor cantidad de dinero en la calle, los ladrones también trabajan más.
Pero hay algunos cuyas rutinas no cambian en las pascuas. Destacan entre ellos algunos funcionarios públicos que son botellas. Esos no trabajan ni en diciembre ni en el resto del año.
De Gustavo Volmar
0 comentarios:
Publicar un comentario
GRACIAS POR VISITAR GAZCUE Y DEJAR TU COMENTARIO.