EL CORONEL ARBITRARIO

Escrito por: Rafael Molina Morillo 
(rafaelmolina41@yahoo.com)

Johan Emilio Liriano

El coronel policial se califica a sí mismo como arbitrario. No le puede molestar, en consecuencia, que se le llame “el coronel arbitrario”.
El coronel arbitrario amenaza a los periodistas que hacen su trabajo de investigación en los casos de tráfico de drogas prohibidas.
El coronel arbitrario advierte a los muchachos de la prensa que los incluirá en expedientes de drogas.
El coronel arbitrario parece que sabe cómo involucrar a personas inocentes en expedientes criminales.
El coronel arbitrario induce a pensar que es posible que haya hecho eso antes, o que es capaz de hacerlo.
El coronel arbitrario tiene buenos enllaves en las esferas superiores, pues a pesar de que el presidente de la DNCD, que es el organismo al que pertenece, dijo que iba a tomar medidas, éstas todavía no se han adoptado, a menos que se trate de medidas secretas.
El coronel arbitrario, cuyas amenazas fueron en el aeropuerto de las Américas, fue visto luego ejerciendo sus mismas funciones en el aeropuerto de El Higüero.
El coronel arbitrario debe estar muriéndose de la risa viendo cómo la clase periodística se pone de mogiganga confiando en que a un alto oficial como él se le puede llamar al orden y aplicársele sanciones cuando se exceden en sus funciones.
El coronel arbitrario no sabe –o no le importa- que con su comportamiento compromete a la DNCD y afecta la credibilidad de la misma, porque si todos los que están ahí son iguales, ¡a Dios que reparta suerte!
Johan Emilio Liriano es el coronel arbitrario, quien, finalmente, debería ser amonestado de manera pública y sacado del servicio en los aeropuertos, en el mejor de los casos, con lo que se enviaría aunque sea una tímida señal de respeto a la libertad de prensa. Pero no voy a soñar con eso. Estamos en la República Dominicana.
NOTA: Escrita ya esta columna, recibí de la DNCD un expediente con detalles y resultados de la investigación ordenada por el presidente de dicha institución. 
La comisión investigadora llegó a la conclusión de que nunca se produjeron las amenazas atribuidas al coronel, de donde tengo que deducir que toda la prensa nacional ha estado equivocada al respecto, lo que yo no comparto, pues la misma investigación contiene declaraciones contrarias del periodista amenazado, Pavel Arias. 
En fin, que oficialmente el coronel de marras no ha amenazado a nadie. No sé si otros le darán crédito, pero a mí no me convence el resultado de la mentada investigación.
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Editor Gazcue es Arte

Master en Educación Superior mención Docencia, Licenciado en Comunicación Social, Técnico Superior en Bibliotecología y Diplomado en Ciencias Políticas, Columnista del periodico El Nuevo Diario

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