EL LICEY INVOLUCIONO

Escrito por: Renaldo Bodden

Otra vez la soga rompió por el lado más delgado.
Otra vez resultó más fácil despedir un hombre, y de ñapa su asistente, y no treinta jugadores y sus extensiones.
Otra vez un gerente general se limpia las manos amparado en la situación de que un ejecutivo de su jerarquía no se despide en medio de una serie semifinal.
Otra vez, como seguidor del béisbol, estoy de acuerdo que esas son las reglas no escritas que imperan en el área operativa del juego de pelota.
Pero, esta vez, percibo que el Licey tuvo un proceso involutivo. Desde mi óptica fue un mejor equipo al principio que ahora, “a la hora de los hombres”.
Desde que transcurrieron los sorteos (nativos e importados) se advirtió que el conjunto azul había realizado las peores selecciones, quizás fruto del “azar”.
Las contrataciones de Jolbert Cabrera e Hiram Bocachica, entre otras, no son más que el “caramelito” que se le da a “chupar” a la ilusión del fanático. ¿Refuerzos?  
La cancelación del dirigente supone un cambio de ambiente, un llamado a la motivación. La afición azul y Rafael Landestoy estaban de divorcio. ¡Todavía hay tiempo!
Claro, su nombramiento como asesor es “pura diplomacia”, es una forma de justificar su contrato por dos años. ¡Cosas de la  pelota!
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Editor Gazcue es Arte

Master en Educación Superior mención Docencia, Licenciado en Comunicación Social, Técnico Superior en Bibliotecología y Diplomado en Ciencias Políticas, Columnista del periodico El Nuevo Diario

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