LA DIGNIDAD NO SE NEGOCIA

Escrito por: Américo Celado S.
(américo.celado@gmail.com)

 Américo Celado

Desde mi ingreso a las aulas universitaria escuché el axioma que reza: “el ejercicio del periodismo como profesión es un sacerdocio”, porque en la mayoría de los casos son más las satisfacciones que lo que se percibe como remuneración.
Sin embargo, con el paso del tiempo, la preocupación por alcanzar una mejor preparación intelectual acorde con los avances tecnológicos, la labor periodística del área deportiva ha logrado una mejor valoración, respeto y cotización.
Pero a pesar de lo antes expuesto hay mentalidades obsoletas que entienden que el periodista no tiene ningún valor, que pueden manejarlo con regalitos, almuerzos, bebidas y llegan hasta el atrevimiento de ponerle precio de miseria a sus servicios.
Como decía mi siempre recordado padre, “la necesidad tiene cara de hereje”, lo que obliga a muchos echar a un lado la dignidad humana y profesional para aceptar malos tratos y bajos salarios, todo por cumplir con responsabilidades familiares.
Lo que motiva esta reflexión es el trato discriminatorio que se está dando en el torneo de béisbol otoño invernal dominicano, a los profesionales de la comunicación que laboran en los equipos de prensa de los diferentes equipos,  si se compara con las condiciones de trabajo de quienes se encargan de animar durante el partido.
Aclaro que respeto el trabajo que realizan las personas contratadas para animar en los estadios y sus niveles de cotización, porque lo que repudio es el trato económico que le brindan a los que tienen la responsabilidad de elaborar los boletines y las notas de prensa, con todo lo que conlleva, como es el manejo de estadísticas y antecedentes.
Extraoficialmente me enteré que hay equipos de la pelota nuestra que pagan sin ningún problema ni regateos, muy complacidos, entre RD$80,000.00 y RD$100,000.00 pesos mensuales a sus animadores, mientras que a “regaña dientes” y regateos pagan entre RD$10,00.00 y RD$15,000.00  a los periodistas.
De ser así, se comprueba entonces el desprecio que se le tiene a un gran aliado como es el periodista, pero sobre todo, a un profesional que realiza una labor intelectual que va más allá de escribir correctamente y sin límite de tiempo, porque se sabe la hora de entrada a las oficinas pero la de salida no.
Hay que recordarle a los ejecutivos de los equipos de la pelota nuestra que la contratación de periodistas no es un favor que se les hace, menos una limosna, que es un profesional que realiza una labor digna, y por ende, merecen respeto y consideración.
No pretendo trazar pautas ni imponer criterios a los accionistas de ese negocio millonario privado, bajo ningún concepto, pero si exigirles respeto a la dignidad de esta profesión.
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Editor Gazcue es Arte

Master en Educación Superior mención Docencia, Licenciado en Comunicación Social, Técnico Superior en Bibliotecología y Diplomado en Ciencias Políticas, Columnista del periodico El Nuevo Diario

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