AUMENTO A LOS DIPUTADOS

Se cuenta el chiste de un empleado haragán y de poco tiempo en la empresa que le pide al jefe un aumento del doble del salario y otros beneficios. El jefe lo mira de arriba a abajo y le dice: "Le voy a proponer algo mejor: le voy a triplicar el sueldo, le voy a dar un carro y dinero para la gasolina y una tarjeta de crédito para gastos".

El empleado sorprendido, le dice: "Usted está relajando", a lo que el jefe responde:

"Tú empezaste".

Un chiste parecido acaba de hacer un grupo de diputados que está solicitando un aumento de salario por su gran esfuerzo en un par de años de trabajo, con todos los gastos pagos.

La solicitud fuera motivo de risa, si no fuera algo tan serio. Como la Constitución prohíbe legislar a favor propio, se han inventado una "indexación por inflación", que como el anterior aumento fue de 50,000 pesos al mes, este debe andar por ahí.

La idea de indexar por inflación es excelente, si se le aplicara a todo el país, a todos los que ganan salario mínimo y de miseria, tanto en el sector público como en el privado.

Pedirlo en plena campaña electoral, es decir, cuando prácticamente no asisten a las sesiones porque "tienen que hacer trabajo político", no es solo irónico, sino que le da a la solicitud la característica de una broma macabra.

Si en verdad fueran útiles, independientes, pensantes, y laboriosos, se pudiera considerar lo del aumento, pero esas no son condiciones necesarias para conseguir lo que se proponen. El chantaje funciona mejor.





atejada@diariolibre.com

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Editor Gazcue es Arte

Master en Educación Superior mención Docencia, Licenciado en Comunicación Social, Técnico Superior en Bibliotecología y Diplomado en Ciencias Políticas, Columnista del periodico El Nuevo Diario