EL LATÍN LUCHA POR SOBREVIVIR

Escrito por: Juan Carlos García
(juajua24@hotmail.com)

El idioma latín, con casi 3 milenios de existencia, sigue vivo en la forma de hablar de cada uno de nosotros, que nos preciamos de globalizados e internautas, debido a las docenas de palabras terminadas en UM que usamos ordinariamente, tal como salieron de la boca de Cleopatra o Nerón todo ese tiempo atrás, y que hoy siguen sonando tan modernas a pesar de lo vetustas que son.

Ejemplos: Álbum, Referéndum, Tedeum, Ultimátum, Vademecum, AdValorem, Médium, Ídem, Maremágnum, Pandemonium o Memorandum, sin olvidar a Curriculum Vitae, Forum, Quorum, Momentum, Ad Vitam, In memoriam, Delirium Tremens y los no menos cotidianos términos: Suma Cum Laude, Grosso Modo, Sine qua non, Motu propio, voces de respeto con más de 2 mil años de existencia, que no tienen pensado morirse.

Igual pasa con: A priori, A posteriori, Ad Hoc, Alma Mater, De Facto, Dúplex o Facsímil, (o simplemente Fax). Lo que pasa que el idioma español es una continuación moderna del latín hablado (denominado latín vulgar), por lo que se puede concluir que el español es un 75% un latín descompuesto de tanto salir de la boca de la gente.

Ipso Facto y el entrañable Ego, que usó el orador Cicerón hace más de 20 siglos antes que usted. Así que cuando vuelva a decir Ex profeso o Ex Abrupto, Exequátur, In Situ, In Pectore, Modus Vivendi, Per Se, Campus, Statu Quo y Honoris Causa, pronúncielas con cierta reverencia,  en el entendido de que está hablando más latín que español, de modo que usted, legítimamente, justo en ese brevísimo momento, puede ufanarse de ser bilingüe, porque claramente domina un nutrido puñado de palabras en ese idioma. Dedicado al dilecto Coronel Lic. Alexandre Aquino Ogando, P.N., inquieto explorador del origen y correcto uso de las palabras, ejemplo de crecimiento profesional sostenido y ascenso vertical como los mástiles.
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Editor Gazcue es Arte

Master en Educación Superior mención Docencia, Licenciado en Comunicación Social, Técnico Superior en Bibliotecología y Diplomado en Ciencias Políticas, Columnista del periodico El Nuevo Diario

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