Escrito por: Danilo Cruz Pichardo
(d_cruzpi@yahoo.es)
Margarita Cedeño anunció que someterá al comentarista Marcos Martínez por difamación e injuria. Sin embargo, el decir que la primera dama tiene una cuenta bancaria en Dinamarca, con un determinado monto de dinero, no involucra imputación de un hecho que ataque su honor. Tampoco se refirió a la candidata vicepresidencial de forma afrentosa y peyorativa.
El artículo 367 del Código Penal de la República define ambos conceptos sin espacio a las interpretaciones. “Difamación es la alegación o la imputación de un hecho, que ataca el honor o la consideración de la persona…” Injuria: cualquier expresión afrentosa, despectiva que no involucre hecho alguno.
Es la primera vez que una persona se siente difamada e injuriada porque se diga que tiene una cuenta bancaria, en un país en el que la mayoría tenemos cuenta en los bancos, sin que afecte nuestro honor o consideración. No es nada delictuoso.
Lo que podría molestar a Margarita es el monto, aspecto que ha repercutido en amplios segmentos de la opinión pública. Para despejar comentarios, que solicite una constancia al banco y punto. Si no es esa la cifra que tiene, ¿a cuánto asciende y en qué banco?, pero que no venga con que no tiene cuenta bancaria, porque eso no se lo creería nadie.
Tampoco es correcto que esté haciendo teatro, papel de víctima, con ojos llorosos, explotando su condición de dama, como si se tratara de un acto de violencia de un hombre contra una mujer. ¡Por Dios!
Y tratándose de una justicia controlada por el gobierno, la primera dama ha optado por la vía más fácil. Además, un proceso judicial, de ese tipo, podría tomar años, cuando para fines de imagen y transparencia lo aconsejable es despejar dudas antes de las elecciones.
Ante la firmeza exhibida por Martínez, lo que procedía en el caso era formar una comisión de notables dominicanos que se encargue de investigar el problema, ofreciendo un informe oportuno y veraz. Al no hacerse, la versión del comentarista toma fuerza. Y hasta que no se conozca la verdad nadie puede hablar de calumnia.
(d_cruzpi@yahoo.es)
El artículo 367 del Código Penal de la República define ambos conceptos sin espacio a las interpretaciones. “Difamación es la alegación o la imputación de un hecho, que ataca el honor o la consideración de la persona…” Injuria: cualquier expresión afrentosa, despectiva que no involucre hecho alguno.
Es la primera vez que una persona se siente difamada e injuriada porque se diga que tiene una cuenta bancaria, en un país en el que la mayoría tenemos cuenta en los bancos, sin que afecte nuestro honor o consideración. No es nada delictuoso.
Lo que podría molestar a Margarita es el monto, aspecto que ha repercutido en amplios segmentos de la opinión pública. Para despejar comentarios, que solicite una constancia al banco y punto. Si no es esa la cifra que tiene, ¿a cuánto asciende y en qué banco?, pero que no venga con que no tiene cuenta bancaria, porque eso no se lo creería nadie.
Tampoco es correcto que esté haciendo teatro, papel de víctima, con ojos llorosos, explotando su condición de dama, como si se tratara de un acto de violencia de un hombre contra una mujer. ¡Por Dios!
Y tratándose de una justicia controlada por el gobierno, la primera dama ha optado por la vía más fácil. Además, un proceso judicial, de ese tipo, podría tomar años, cuando para fines de imagen y transparencia lo aconsejable es despejar dudas antes de las elecciones.
Ante la firmeza exhibida por Martínez, lo que procedía en el caso era formar una comisión de notables dominicanos que se encargue de investigar el problema, ofreciendo un informe oportuno y veraz. Al no hacerse, la versión del comentarista toma fuerza. Y hasta que no se conozca la verdad nadie puede hablar de calumnia.
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