Diez meses después del ajusticiamiento de Rafael Leonidas Trujillo, Balaguer, uno de sus principales colaboradores, marchó al exilio
Escrito por: CHICHI DE JESUS REYES
(Chichidejesus46@hotmail.com)
El pasado 12 de marzo se cumplieron los cincuenta años de que el doctor Joaquín Balaguer saliera al exilio en Puerto Rico, luego de permanecer durante casi dos meses refugiado en la Nunciatura Apostólica, en la Máximo Gómez esquina César Nicolás Penson, próximo a su residencia.
El gobierno de turno, el Consejo de Estado presidido por el licenciado Rafael F. Bonelly, tomó la decisión de permitir la salida del ex presidente Balaguer, no obstante la férrea oposición del partido Unión Cívica Nacional (UCN), cuyos dirigentes postulaban que fuera sometido a la justicia.
El exmandatario viajó acompañado de su secretario, Rafael Bello Andino y del doctor Eudoro Sánchez y Sánchez. El chofer que condujo la comitiva hasta el aeropuerto Las Américas, entonces Punta Caucedo, fue Juan Ayala, quien laboraba en el departamento de ingeniería de la Secretaría de Agricultura, donde fue enviado luego de la clausura del Partido Dominicano, donde laboró por varios años.
Ayala era un ferviente seguidor de Balaguer y en reconocimiento e identidad con esa pasión los familiares y colaboradores más cercanos lo prefirieron para que trasladara al político hasta su salida al exilio.
“Dotoi Balaguer, tese tranquilo, que pronto ute vuelve a sei presidente”, expresó Ayala al ex presidente desde que se encontraron en los pasillos de la sede diplomática. Y al despedirlo en el avión, Ayala volvió y le repitió: “Üté ei hombre que entiende a este pueblo, y por eso pronto lo vamo a tenei en la Presidencia”.
La profecía del chofer cibaeño se convirtió en realidad y cuatro años después el líder reformista retornó al poder luego de ganar las elecciones del primero de junio de 1966. Desde que asumió la posición, Balaguer encargó a Bello localizar a Ayala en la Secretaria de Agricultura.
Bello reparó al Presidente que el chofer “no es ingeniero agrónomo” y Balaguer le ripostó: “Yo no le he dicho que es ingeniero… he recomendado que lo nombre Subsecretario de la Presidencia”.
La salida de Balaguer al exilio se derivó de la más profunda crisis política registrada seis meses después del ajusticiamiento de Trujillo, cuando a fines de noviembre de 1961 se decretó una huelga general contra el Gobierno, que durante once días mantuvo paralizado al país.
Después de múltiples conversaciones y de complacer exigencias de la UCN se acordó formar un Consejo de Estado presidido por Balaguer y compuesto, además, por el licenciado Bonelly, primer vicepresidente; Dr. Eduardo Read Barreras, segundo vice, y como miembros el Dr. Nicolás Pichardo, monseñor Eliseo Pérez Sánchez, Antonio Imbert Barreras y Luis Amiama Tió.
El consejo, que tenía funciones ejecutivas y legislativas, inició sus funciones el primero de enero de l962, pero dos semanas después, el 16 de enero, el cuerpo colegiado fue depuesto por el general Pedro Rodríguez Echavarría, que era el secretario de las Fuerzas Armadas.
En su lugar y por recomendaciones de Balaguer, fue constituida una Junta Cívico-Militar, que se posesionó el 17 de enero del mismo año.
La integraban Huberto Bogaert, como presidente, y los miembros Armando Oscar Pacheco, Imbert Barreras, Amiama Tió y los oficiales de las Fuerzas Armadas Enrique Valdez Vidaurre, Wilfredo Medina Natalio y Neit Nivar Seijas.
En la juramentación de la junta balaguerista acopio de la frase de un legendario líder político colombiano “Más vale un presidente muerto, que un presidente fugitivo”.
Pero al día siguiente, la junta de Bogaert fue derrocada y oficiales del Ejército redujeron a prisión a Rodríguez Echavarría y repusieron al Consejo de Estado, sin el Dr. Balaguer.
El licenciado Bonelly asumió la Presidencia de la República y el doctor Donald Reid Cabral fue integrado a formar parte del nuevo organismo.
El Consejo concentró su trabajo en la organización del país para la celebración de las elecciones generales fijadas para el 20 de diciembre de 1962, que fueron ganadas por el profesor Juan Bosch y su Partido Revolucionario Dominicano.
Escrito por: CHICHI DE JESUS REYES
(Chichidejesus46@hotmail.com)
Joaquín Balaguer |
El gobierno de turno, el Consejo de Estado presidido por el licenciado Rafael F. Bonelly, tomó la decisión de permitir la salida del ex presidente Balaguer, no obstante la férrea oposición del partido Unión Cívica Nacional (UCN), cuyos dirigentes postulaban que fuera sometido a la justicia.
El exmandatario viajó acompañado de su secretario, Rafael Bello Andino y del doctor Eudoro Sánchez y Sánchez. El chofer que condujo la comitiva hasta el aeropuerto Las Américas, entonces Punta Caucedo, fue Juan Ayala, quien laboraba en el departamento de ingeniería de la Secretaría de Agricultura, donde fue enviado luego de la clausura del Partido Dominicano, donde laboró por varios años.
Ayala era un ferviente seguidor de Balaguer y en reconocimiento e identidad con esa pasión los familiares y colaboradores más cercanos lo prefirieron para que trasladara al político hasta su salida al exilio.
“Dotoi Balaguer, tese tranquilo, que pronto ute vuelve a sei presidente”, expresó Ayala al ex presidente desde que se encontraron en los pasillos de la sede diplomática. Y al despedirlo en el avión, Ayala volvió y le repitió: “Üté ei hombre que entiende a este pueblo, y por eso pronto lo vamo a tenei en la Presidencia”.
La profecía del chofer cibaeño se convirtió en realidad y cuatro años después el líder reformista retornó al poder luego de ganar las elecciones del primero de junio de 1966. Desde que asumió la posición, Balaguer encargó a Bello localizar a Ayala en la Secretaria de Agricultura.
Bello reparó al Presidente que el chofer “no es ingeniero agrónomo” y Balaguer le ripostó: “Yo no le he dicho que es ingeniero… he recomendado que lo nombre Subsecretario de la Presidencia”.
La salida de Balaguer al exilio se derivó de la más profunda crisis política registrada seis meses después del ajusticiamiento de Trujillo, cuando a fines de noviembre de 1961 se decretó una huelga general contra el Gobierno, que durante once días mantuvo paralizado al país.
Después de múltiples conversaciones y de complacer exigencias de la UCN se acordó formar un Consejo de Estado presidido por Balaguer y compuesto, además, por el licenciado Bonelly, primer vicepresidente; Dr. Eduardo Read Barreras, segundo vice, y como miembros el Dr. Nicolás Pichardo, monseñor Eliseo Pérez Sánchez, Antonio Imbert Barreras y Luis Amiama Tió.
El consejo, que tenía funciones ejecutivas y legislativas, inició sus funciones el primero de enero de l962, pero dos semanas después, el 16 de enero, el cuerpo colegiado fue depuesto por el general Pedro Rodríguez Echavarría, que era el secretario de las Fuerzas Armadas.
En su lugar y por recomendaciones de Balaguer, fue constituida una Junta Cívico-Militar, que se posesionó el 17 de enero del mismo año.
La integraban Huberto Bogaert, como presidente, y los miembros Armando Oscar Pacheco, Imbert Barreras, Amiama Tió y los oficiales de las Fuerzas Armadas Enrique Valdez Vidaurre, Wilfredo Medina Natalio y Neit Nivar Seijas.
En la juramentación de la junta balaguerista acopio de la frase de un legendario líder político colombiano “Más vale un presidente muerto, que un presidente fugitivo”.
Pero al día siguiente, la junta de Bogaert fue derrocada y oficiales del Ejército redujeron a prisión a Rodríguez Echavarría y repusieron al Consejo de Estado, sin el Dr. Balaguer.
El licenciado Bonelly asumió la Presidencia de la República y el doctor Donald Reid Cabral fue integrado a formar parte del nuevo organismo.
El Consejo concentró su trabajo en la organización del país para la celebración de las elecciones generales fijadas para el 20 de diciembre de 1962, que fueron ganadas por el profesor Juan Bosch y su Partido Revolucionario Dominicano.
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